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Uno de los fundadores del movimiento prodemocracia de Hong Kong consideró que continuar la ocupación de las calles es algo "de alto riesgo", llamando a los manifestantes a volcarse hacia otras formas de desobediencia civil.
Benny Tai, unos de los tres fundadores de Occupy Central, cree que el movimiento de ocupación de varios barrios de la excolonia británica devuelta a China ya ha cumplido su ciclo. "La ocupación se ha vuelto un asunto de alto riesgo, con pocas oportunidades de recuperar lo invertido", escribió Tai en un editorial publicado por el New York Times. Algunos policías se dejan "controlar por sus emociones", como ocurrió el lunes durante los choques violentos con los manifestantes que intentaban rodear la sede del poder, manifestó.
El movimiento "ha recibido el máximo apoyo posible de los hongkoneses y debemos encontrar otros medios para convencer al público de que el combate por la democracia es en su propio interés", añadió. Menciona métodos de "no cooperación", como la huelga (de pagos) de impuestos o de los alquileres de las viviendas sociales y la obstrucción parlamentaria.
Benny Tai, Chan Kin-man y Chu Yiu-ming son los fundadores de Occupy Central, movimiento prodemocracia de desobediencia civil creado a comienzos de 2013, que fue el primero en lanzar la idea de ocupar las calles.
Los tres se presentaron simbólicamente a la policía, el miércoles, para intentar animar a los manifestantes que ocupan todavía dos barrios de Hong Kong a que abandonen estos lugares. Desde el 28 de septiembre, cuando decenas de miles se lanzaron a las calles, el número de ellos ha disminuido significativamente y la opinión pública se ha mostrado harta por los bloqueos.
La Federación de Estudiantes de Hong Kong, convertida en una de las puntas de lanza del movimiento, informó el jueves de que estos decidirán "durante la semana" si van a evacuar o no sus campamentos en la ciudad.
China ha aceptado el principio del sufragio universal para la elección del jefe del Ejecutivo de Hong Kong en 2017, pero exige que los candidatos para esta consulta reciban el aval de un comité "legitimista", lo que garantiza, a los ojos de los manifestantes, la elección de un vasallo de Pekín.