Este maravilloso sector tuvo sus cambios de paradigmas en todo momento, con las fluctuaciones sociales e históricas que ya conocemos. En los años 20, tras la Primera Guerra Mundial, los europeos y estadounidenses se sentían de muy buen ánimo por variadas razones y eso influyó en los nuevos modelos de sillas de diseño.

También vale la pena destacar al arte, sobre todo a pintores como Kandinsky y Mondrian y a la fundación de la escuela alemana Bauhaus, de Walter Gropius. Todo esto ha cambiado la manera de disfrutar del hogar y de los ambientes, por lo tanto, sentó las bases para sillas de diseño funcionales y al mismo tiempo, acordes a los requisitos de esa época.

La Silla Wassily es un claro ejemplo. Se construyó en acero tubular, de aspecto industrial, una pieza de metal que formaba parte del día a día. La simplicidad, la ligereza y la estabilidad eran aspectos que se valoraban (y se siguen valorando).

Otro de los exponentes de los años 20 en el sector de las sillas de diseño es el modelo Le Corbusier, creada por el famoso arquitecto francés cuya meta era que las estructuras racionales perdurasen en el tiempo. Los primeros modelos fueron fabricados para la iglesia parroquial de Ville D'Avray en 1928.

Por último, tenemos a la silla Sandows, obra del francés René Herbs, uno de los primeros en usar estructuras tubulares. El desafío estuvo en mantener de pie un objeto con la estructura más simple posible. El peso se reducía y la ergonomía aumentaba.

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