Luis Miguel tiene 16 años, nació sin manos y es el tercero de 5 hijos. Estudia hace 9 años en la institución educativa Antonio Derka del barrio Santo Domingo Savio, nororiente de Medellín, en la actualidad cursa décimo grado y cada mañana, llega con su sonrisa intacta, saluda e inicia sus labores escolares.

Para Luis Miguel, su discapacidad no ha sido obstáculo para aprender y soñar, todo lo hace con sus pies, desde abrir su maleta y sacar sus cuadernos y lápices antes de empezar la jornada en su pupitre adaptado para sus destrezas, sus compañeros lo admiran y alaban por su fortaleza y superación, lo consideran un ejemplo de vida.

Su agilidad con los pies no es solo para estudiar, con los dedos maneja su celular, y toca la guitarra cuando de cantar se trata.

Asegura que su discapacidad no lo ha opacado, cada día lo anima a conquistar el sueño de convertirse en el mejor ingeniero electrónico del país.

Aunque este niño, amante de la música, la tecnología y la electrónica nunca pierde la sonrisa y amabilidad pese a seguir a la espera de una silla ergonómica que el Gobierno Nacional le prometió y le permitirá continuar con mayores comodidades sus estudios.