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MANKERRILLA 2da Parte

23/05/2009 23:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Mankerrilla, voló hacia el norte y pasó su primera noche, solo

Mankerrilla, voló hacia el norte y pasó su primera noche, solo.

Que frio hace,

Quien está allí? Que es ese ruido? _Se preguntaba_.

Estaba solo, por primera vez, estaba completamente solo, y cualquier cosa que escuchaba o que veía, le parecía extraño y porque no decirlo, todo lo asustaba. En su mente continuaban retumbando, los últimos consejos que le habían dado papá y mamá cóndor.

Fueron pasando los días y cada noche se posaba a descansar en una peña diferente, pasó su primera luna solo, y así su segunda y su tercera luna.

Apareció el sol y desde lo alto de la gran montaña, alzo vuelo y desde las grandes alturas diviso un becerro tendido en el gran valle, tendría unos dos o tres días de muerto, estaba solo y por ningún lado se veía algo o alguien que pudiese hacerle daño y en especial no estaba Nauto, así que planeó hasta que hizo su aterrizaje sobre esta gran presa que para la hora en que la vio, sería el primero en deleitarse comiendo hasta la saciedad.

Comió y comió y luego de un buen rato cuando se disponía a levantar vuelo, vio que una pequeña cóndor se acercaba a comer también de ese becerro muerto, el espero y vio como llegaba sola, era una hembra joven como el… la miró un buen rato y observó cómo se movía en tierra, con que agilidad disfrutaba de esta comida, como comía y al mismo tiempo estaba atenta a cualquier movimiento a su alrededor.

Como te llamas? _ Pregunto Mankerrilla_

Ella sólo lo miró, y comenzó a comer, tenia demasiada hambre como para perder su tiempo conversando o respondiéndole a Mankerrilla.

Como te llamas _ Volvió a preguntarle Mankerrilla_

Y ella no le contestó, sólo al momento de tomar impulso para alzar su vuelo, ya satisfecha con todo lo que había comido, le dijo: Mi nombre es Llankalahuen “Perla medicinal” y diciéndole esto desapareció hacia las alturas.

Manquirrilla se quedó como clavado en la tierra, hasta que reaccionó y también batió sus alas para volar y poder alcanzar a esa cóndor joven, esa que quizás sería su compañera y que si dejaba ir, así como se fue, a lo mejor sería la única y última vez que la volvería a ver.

¡Ayún! Es ¡Ayún, ! Será Es ¡Ayún!, Es “amor”, ¡Nuestro hijo!, ¡Nuestro amor!

Recordó: “Todo lo que logras ver desde aquí, es tuyo, es tuyo si lo conquistas, si luchas por lo que quieres, si mantienes en tu corazón la llama encendida de lo que aprendiste durante estas lunas que estuviste a nuestro lado”. _ Así le dijo Huinao, su padre.

¡Oye! Llankalahuen, ¡Espérame! Tengo que hablar contigo.

Llankalahuen, lo miraba, pero no paraba su planear y de vez en cuanto, batía fuertemente sus alas para cambiar su rumbo, mientras tanto Mankerrilla volaba a su lado, mirándola y pensando que ella tendría que ser su compañera.

Al fin y al cabo la “misma naturaleza la había colocado en su vida”, es decir sus caminos se habían cruzado, tal como se lo dijo su madre Raimilla cuando se había despedido de él.

Llankalahuen y Mankerrilla volaron juntos todo ese día y desde entonces fueron pareja, se hicieron buenos amigos, compartieron su sitio de dormir y compartían sus vuelos planeando sobre el valle, casi se podía decir, desde que comenzó su amistad que esta seria por toda la vida, pues, aunque ambos lo callaban, muy adentro de sus corazones, latía esa llama del amor que sus padres les habían enseñado.

Muchas lunas y muchos soles fueron los compañeros de estos dos cóndores, los dos se amaban y en su primera anidada, fruto de este amor, nació su primer pichón el cual se veía débil y largucho, con un cuello largo y un pico chato y de gran demanda a sus padres de atención y cuidado.

_ Como lo llamaremos-

Se decían una y otra vez Llankalahuen y Mankerrilla.

Ayun, ayun, ayun, _ Estornudo en varias ocasiones el polluelo_

¡Si lo escuchaste! Dijeron al unísono ambos cóndores.

¡Ayún! Es

¡Ayún,! Será

Es ¡Ayún!, Es “amor”,

¡Nuestro hijo!,

¡Nuestro amor!


Sobre esta noticia

Autor:
Marcio Lunnetti (6 noticias)
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Tipo:
Opinión
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