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El día del internacionalismo obrero orientado al centenario de los primeros países socialistas
¡¡VIVA EL DIA DE LA CLASE OBRERA Y EL CENTENARIO DE LA REVOLUCION SOCIALISTA MUNDIAL!!
El proletariado mundial repica el llamado a dos conmemoraciones este año: como es costumbretodos los años, celebramos en todo el mundo el primero de mayo, considerado el día internacional de la clase obrera en memoria de los mártires de Chicago, y en octubre, llega la efeméride del centenario de las heroicas jornadas revolucionarias de obreros y campesinos que estremecieron el mundo desde la Rusia de los bolcheviques de Lenin: la revolución socialista de octubre de 1917. Aprovechemos estos acontecimientos proletarios para plantear sin tapujos nuestra política, no permitamos que nuestros enemigos y el oportunismo sigan impidiendo el desarrollo de los grandes cambios sociales que requieren los pueblos del mundo, por falta de claridad política, de organización y de consecuencia de los obreros enla defensa de sus intereses de clase.
La burguesía y los terratenientes celebran sus fiestas; el clero las tiene, y el imperialismo también. La instrucción pública, el arte, la cultura y todas las actividades de las clases dominantes tienen el propósito de envilecer material yespiritualmente a los obreros y a las masas populares para afianzar su poder de dominación de clase. Amamantan el esquirolaje, el aburguesamiento y la burocracia sindical para dividir las organizaciones y asordinar la protesta, y de paso despojar a los nuevos contingentes de asalariados de los más mínimos derechos laborales. No sigamos permitiendo que nuestros enemigos celebren nuestros aniversarios a su antojo, como acontece hoy con el día de la mujer, para poner solo un ejemplo. Retomemos el rumbo y apropiémonos de lo nuestro. Si hacemos un balance concienzudo, la clase obrera en Colombia como tal, ha retrocedido en todos los aspectos; las escaramuzas de paro, si se hacen, se dan sectorizadas por aspectos meramente económicos y gremiales. A pesar de la crisis política y del desprestigio de la oligarquía y sus partidos, no logramos sacar provecho de la situación, —no tenemos cómo—. El gobierno de turno, a pesar de su decadencia, ha logrado implementar toda clase de medidas contra la nación y los sectores populares. Es preocupante, la resistencia se ha reducido a “plantones y mítines”, muchas veces, programados los domingos. Las movilizaciones de masas dignas de mencionarse han sido planteadas por sectores productivos como los campesinos, los camioneros, los indígenas y en la costa espontáneamente los usuarios de los servicios públicos con muy poco o nulo respaldo y solidaridad de los trabajadores organizados.
La situación sería ventajosa, dada la crisis política por la que atraviesa la oligarquía vendepatria colombiana, la quiebra de la producción nacional y el empobrecimiento acelerado de la población. Sin embargo, el movimiento obrero colombiano no se encuentra en condiciones de enfrentarse a la marea alta ni a las penalidades del mar embravecido, ha pasado mucho tiempo navegando sin brújula, rio abajo, en aguas apacibles. Debemos ponernos a la altura de las circunstancias impuestas por la lucha de clases: pensar como clase, organizarnos como clase y actuar como clase. Urge recuperar el espíritu de lucha de nuestros antepasados; estampar el carácter proletario en todas nuestras actividades gremiales y políticas; recuperar la combatividad y la solidaridad de clase que ha caracterizado históricamente al movimiento obrero. En consecuencia, reivindiquemos y refrendemos nuestra ideología de clase que han guiado con éxito a través del tiempo nuestra lucha: el marxismo – leninismo - maoísmo, guía de todas nuestras acciones. Solo así, comprenderemos quiénes son nuestros amigos y quiénes nuestros enemigos. De esta manera enfrentaremos exitosamente las condiciones que nos impongan nuestros enemigos de clase.
Los comunistas consideramos indigno ocultar los criterios y propósitos de la clase obrera. El primero de mayo, es una conquista de los obreros y de hombres libres del mundo. Debemos enarbolar muy alto y tremolar lo más que podamos la bandera roja, emblema de la revolución.
Prosigamos el proceso indefectible de la dictadura del proletariado interrumpido en el mundo por la defección de las camarillas revisionistas de Kruschev y Teng Hsia Ping. Ratifiquemos la vigencia del socialismo científico de Marx y Engels cuya doctrina no ha permanecido estática, sino que se enriquece a medida que la practica social ha ido descubriendo y planteando nuevos asuntos por solucionar. Retomemos el rumbo de la revolución proletaria de Lenin anunciada por las baterías del Aurora en octubre de 1917; sabiamente difundida y salvaguardada del nazismo y del imperialismo por Stalin; correspondiéndole después, a Mao Tse -Tung con la gran marcha y la revolución cultural, entre otros importantes hechos, en el país más poblado de la tierra, desbrozar el camino de la prolongación de la victoria socialista iniciado con la insurrección de Petrogrado.
Los obreros no tienen nada que perder, solo las cadenas, nada nos ata a este mundo de salvajes esclavistas modernos. Proclamemos la consigna por la revolución, el socialismo y una sociedad sin clases, teniendo en cuenta desde luego, el paso forzoso de independencia nacional dadas las condiciones concretas de Colombia y las tareas imprescindibles para la culminación de esta etapa, sin olvidar que estamos en la época del socialismo mundial inaugurada el 25 de octubre de 1917 en la Rusia de Lenin.
Invitamos fraternalmente: A Conformar el comité organizador del acto de conmemoración del centenario de la revolución socialista en todas las ciudades y rincones de Colombia
La clase obrera colombiana y su partido debe estar estrechamente ligada al proletariado mundial y sus organizaciones de clase. Desde que prevalezca el régimen capitalista en la mayor parte del planeta, los obreros de todo el mundo combaten por arrancarse del cuello el dogal de la esclavitud asalariada, necesitan echar a la basura la propiedad individual de los medios de producción. Para ello, los obreros se ven compelidos a destruir la vieja máquina del poder estatal del capital, y sobre sus escombros construir un estado suyo que les garantice sus atribuciones de clase. Al hacerlo preludian la desaparición de las clases. Los auténticos comunistas de todas las fechas y todos los sitios han entonado en todos sus cánticos marciales estas máximas aspiraciones revolucionarias. No tienen intereses particulares que alegar que los enfrenten entre sí o los aparten del conjunto del movimiento obrero internacional. De ahí, su indisoluble unidad internacional en todos los rincones del planeta.
La inminencia de la tercera conflagración imperialista mundial ineludible por la necesidad de las potencias imperialistas a un nuevo reparto del mundo por la fuerza, unas por reacomodarse y mantener su hegemonía y otras por posesionarse como eslabones de la cadena imperialista, obliga al movimiento obrero internacional y a los partidos comunistas a plantear una estrategia que les permita junto a los pueblos y a las naciones sojuzgadas oponerse a la guerra y llevar a cabo los movimientos de independencia nacional y el socialismo según corresponda.
No olvidemos, que las formas rudimentarias organizativas de los obreros surgen de la confrontación en las fábricas con los patronos como palancas de su lucha económica. Pronto adquieren la contextura acabada de los sindicatos. Estas estructuras gremiales simbolizan escuelas insustituibles de los trabajadores, más nos les basta para enfrentar con éxito a los esclavistas modernos, no digamos en el multifacético universo de la política, sino incluso en el mismo terreno de las reivindicaciones inmediatas y las reformas por mejores condiciones de vida y de trabajo.
Si el proletariado no trasmonta los linderos de sus habituales labores, se reduce a los pliegos de peticiones y a los aumentos de salarios será un pobre juguete en las garras de sus depredadores. Así como requirió de los sindicatos para adelantar la lucha económica, en la lucha política precisará del partido, su instrumento orientador por excelencia y su más elevada expresión organizativa.
Se debe construir con lo más avanzado de la clase obrera, campesinos, estudiantes, intelectuales y personas que asuman y defiendan consecuentemente una posición de clase proletaria un partido auténticamente obrero y comunista pertrechado del marxismo-leninismo que oriente la revolución colombiana.
Invitamos fraternalmente:
1°- A participar combativamente en el día internacional de los obreros del mundo coreando consignas contra este régimen opresor y levantando banderas rojas como identidad de clase en memoria de los mártires de Chicago.
2°- A obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales, a comunistas, revolucionarios, demócratas, simpatizantes y seguidores de la revolución socialista de octubre de 1917 dirigida por el partido bolchevique de Lenin para integrar el comité organizador del acto de conmemoración del centenario de la revolución socialista en todas las ciudades y rincones de Colombia en consonancia con las organizaciones internacionales de vanguardia.
¡¡POR LA CONFORMACION DEL COMITÉ ORGANIZADOR DEL CENTENARIO DE LA REVOLUCION SOCIALISTA MUNDIAL!!
Bogotá, 1 mayo de 2007
Comunicarse al correo
centenariosocialismo@hotmail.com
La clase obrera colombiana y su partido debe estar estrechamente ligada al proletariado mundial y sus organizaciones de clase