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Cada vez que ocurre un hecho violento de magnitudes considerables como el ocurrido hoy en Bogotá, el ex presidente Álvaro Uribe Vélez, no desperdicia oportunidad para pedir la paz, acompañado de un discurso terrorista, como si tanta sangre inocente no fuera suficiente para sentarse a buscar una salida seria, al conflicto que vivimos los colombianos.
El ex mandatario tiene razón cuando dice que lo de hoy en Bogotá fue un atentado contra el pueblo colombiano, pero al mismo tiempo la pierde cuando afirma que fue un atentado contra la democracia, empeñado en reafirmar sobre los bastiones de la corrupción administrativa, una palabra que él y todos nuestros gobernantes, han desaparecido cegados por la ambición, la mezquindad y el odio.
Para Álvaro Uribe Vélez, el diálogo es entrega y rendición de un poder a otro. Creo que es una equivocación infinita que va a seguir cobrando más vidas inocentes y perpetuándolos a ellos en el poder, que es lo que en últimas les conviene.
Un gobierno que busque la negociación con un grupo de esos que él llama terrorista, no está ablandando la seguridad, sino que por el contrario está reconociendo la existencia de un conflicto que por terquedad no han querido aceptar, pero que las cifras de muertos y heridos, le dan un contexto real.
Pese a la seguridad que tiene el ex mandatario de acabar con los grupos terroristas que no son de sus afectos por la vía militar, en Colombia no podemos seguir apostándole a una salida al conflicto sin que se hable de amnistía o indulto, sin que con esto se le esté dando un mal ejemplo a las nuevas generaciones como él piensa.
Para Álvaro Uribe Vélez, es fácil buscar la paz enviando soldados al monte con el riesgo de ser mutilados, desaparecidos, secuestrados, mientras no sean Gerónimo ni Simón los que tengan que hacer esa no envidiable tarea, pues él, su familia allegada y sus hijos, tienen toda la protección del aparato militar tanto en Colombia como en el exterior, nosotros los pobres, somos siempre los condenados a poner los muertos. La pregunta aquí es, si vale la pena exponer la vida de nuestros hijos por mantener en el poder, a funcionarios corruptos, mentirosos con falsas desmovilizaciones y lleno de falsos positivos, que fue lo más sobresaliente del gobierno Uribe Vélez.
Los colombianos tenemos que cerrar filas contra todos esos discursos generadores de violencia, vengan de donde vengan.
Me parece inoportuno que Álvaro Uribe Vélez, no respete el dolor de esas familias que perdieron a los suyos por estar escoltando corruptos, me parece inoportuno que el ex presidente siga cimentando sobre la guerra, sin importarle el dolor físico y emocional de quienes hoy pudieron perder la vida en ese atentado sin justificación alguna en la capital colombiana.
Y no solamente tenemos que rechazar y calificar de inoportuna las palabras guerreras de Álvaro Uribe Vélez, también tenemos que hacerlo contra todo aquel que trate de sacar ventaja política apoyado en el dolor ajeno.Por eso pienso que es el momento oportuno para quitarles el afecto electoral a toda esa manada corrupta que ha desangrado al país desde todas las extremas y tendencias políticas.
Pedirles a todos esos "demócratas" que llevan años ostentando el poder en la derecha y en la izquierda, en las empresas y en las centrales obreras, que por favor, se hagan a un lado, que ya no más muertes inocentes, que entreguen el micrófono a otras generaciones, que llevamos décadas escuchándolos sin soluciones, que ya es hora que el pueblo tome la palabra.