Lobos vestidos de ovejas, es en lo que se convierten muchas religiones que de manera muy sigilosa van envolviendo con mentiras y engaños a las personas que quieren aferrarse a alguna creencia que les responda muchas inquietudes que hasta ahora nadie ha podido aclarar.

Es ahí cuando intervienen  estos grupos y sectas que desvirtúan totalmente lo que significa ser un guía espiritual y entran en una especie de chantaje que se convierte en un negocio lucrativo en la que el feligrés es asaltado en su buena fe  separándolos de su familia, amigos, allegados y todas aquellas personas que según estas organizaciones son mundanos porque no acatan  sus preceptos  ni pertenecen  a su iglesia; desbaratando familias, destruyendo hogares en los que antes no había ninguna manifestación de ruptura y hasta muchas veces enfermándolos mentalmente a todos los que pusieron su confianza en algo que supuestamente traería bendición 

Se manejan las consciencias mediante una carga fuerte de temor y culpabilidad para obtener una jugosa colecta durante el servicio religioso

Es inaudito que mientras muchos de los que lideran estas iglesias viven entre lujos, excesos y haciendo lo contrario a lo que ellos mismos predican. los demás llevan un camino de miseria, de limitación y de sometimiento porque si empiezan a razonar son tildados de apóstatas y aborrecidos por su comunidad.

La fe no tiene precio, es el mismo hombre que comercia y acomoda a su manera las cosas para que muchas más personas crean que esa es la religión verdadera.

Dios lo que pide es algo totalmente diferente al dinero, pide son obras pero no para la comodidad de unos sino para el beneficio de todos.

En una secta tienes que dar dinero y tiempo. Los líderes son intocables, poderosos y por lo general van siempre muy elegantes viviendo en las mejores condiciones económicas