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El uso de auriculares y la exposición prolongada a fuertes ruidos ambientales como discotecas, conciertos o bares, principales focos
Los malos hábitos actuales de una buena parte de los jóvenes en cuanto a salud auditiva se refiere serán los causantes de sus problemas de audición en el futuro. Según recoge la Plataforma Audiológica GEA, la mitad de los jóvenes hasta los 30 años están expuestos de forma habitual a niveles de ruido que afectan a su audición.
La mayor parte de estas malas prácticas se deben al uso prolongado de auriculares a volumen muy elevado, además de someterse de forma frecuente a fuertes ruidos ambientales especialmente los de discotecas, bares o conciertos, entre otros.
Los especialistas de esta Plataforma Audiológica determinan la peligrosidad de estar sometidos a ruidos por encima de los 85 decibelios de forma prolongada al menos durante ocho horas. Nos encontramos con picos de 100 decibelios en alguno de los ejemplos anteriormente citados y la exposición a éstos no debe superar los 15 minutos para que no resulten perjudiciales.
Hay que tener en cuenta que el uso continuado de los mp3, mp4 y dispositivos afines a través de los auriculares alcanzan un volumen máximo de 105 decibelios por lo que sufren de forma habitual un impacto negativo en la audición.
El volumen máximo de un dispositivo mp3 puede alcanzar los 105 decibelios, excediendo en límite permisible
Hay señales o avisos por los que los jóvenes perciben que su audición puede tener problemas, y son los cambios de forma temporal en el umbral de la audición o pequeñas pérdidas de la misma durante un corto período de tiempo.
A pesar de las advertencias de muchos dispositivos cuando sobrepasan el umbral del riesgo de daño para la audición, la mayor parte de los jóvenes de entre 14 a 25 años (un 70%) omite el aviso mientras que algo más de dos tercios de los mayores de 25 y menores de 35 años rectifican y bajan el volumen (el 67%).
En los casos más extremos en los que el ruido dañe de forma prematura y permanente la audición de los jóvenes, el uso del audífono se adelanta diez años respecto a la fecha habitual de uso en condiciones normales por deterioro asociado a la edad (presbiacusia).
Finalmente conviene indicar que existe un daño al subsistema específico del sistema auditivo que nos permite escuchar en entornos ruidosos, concretamente en las fibras de los nervios auditivos. Este es un tipo de pérdida de audición descubierta recientemente y aunque no mina la capacidad auditiva para conversaciones específicas y sonidos individuales, sí que se aprecia en esa pérdida de audición oculta en los entornos mencionados anteriormente.
Ruidos por encima de los 85 decibelios resultan peligrosos si se prolongan durante al menos ocho horas y los que superan los 100 decibelios lo son al menos si se exponen durante 15 minutos