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El dispositivo, actualmente en prueba en la capital de Antioquia, fue desarrollado por una pareja de esposos, que buscan ayudar a ahorrar agua
No hay nada más incómodo para una mujer que le den ganas de orinar cuando está en la calle, porque la única opción es un baño público y, por lo general, nunca están en condiciones ideales de aseo.
Empiezan, entonces, las maromas. Un brazo apoyado ligeramente en la pared para tener un poco más de equilibrio, mientras se agacha para orinar. La otra mano sostiene el bolso, la ropa y hasta el pañuelo o el papel higiénico. El objetivo es tocar algo lo menos posible, una verdadera odisea.
Pero, ¿Y si las mujeres pudieran orinar de pie como los hombres? Entonces no tendrían que tocar nada, sufrirían menos y serían más prácticas.
Precisamente, a eso le apuntaron Oriol Ramírez y su esposa, Angélica Cáceres, quienes en su empresa familiar llamada Rago S.A., dedicada a lo que denominan como 'ecología urinal', decidieron adaptar un orinal para que las mujeres lo utilicen mediante un dispositivo similar a un embudo.
Gracias a idea de una empresa local