En un planeta en donde las personas se diferencias por lo que tienen y no por lo que son, y el crecimiento personal se evalúa en base a la cantidad de títulos, ascensos laborales o nuevos artículos que lucir, es muy difícil llegar a confiar unos en los otros. Los valores han muerto, y los que no murieron mutaron a formas en las que terminan relacionándose siempre con dinero. Empezando por su nombre, "valores", que normalmente tendemos a relacionarlo con los monetarios.

Los valores son esas cosas que todo el mundo sabe que existen, pero siempre olvidan

Hoy en el noticiero de la mañana se presentó una noticia promocionada como increíble, un hombre devolvió a su dueña 100 dolares luego de observar que se cayeron de su bolsillo. Eso para nosotros ya no es normal. Que pasó? Estamos acostumbrados a pensar mal de las intenciones de todos quienes se nos acercan, nunca se nos ocurriría pensar que existen los valores. Que bueno sería empezar a fomentar los valores que perdimos, la honestidad, la prudencia, la puntualidad...la integridad. No es difícil. Viviríamos en un mundo sin el temor de ser estafados en cada actividad diaria. La buena noticia es que la práctica de los valores puede llegar a ser muy contagiosa, generalmente estas acciones vienen acompañadas de sinceras sonrisas y de amabilidad que nos incentivan a pensar menos en nosotros mismos y mas en los demás, en que más podemos hacer para demostrar nuestra calidad humana y hacer sentir felices y seguros a los demás. Ese es la base del crecimiento humano, no la acumulación de riquezas y activos que algún día nos harán infelices, sino acumular nuestro ser de la alegría de contagiar nuestros propios valores.

Si tratas a los demás como te gustaría ser tratado, pocos valores más serían necesarios

Si tratas a los demás como te gustaría ser tratado, pocos valores más serían necesarios.