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¿Cuántas personas al igual que Natalia Springer van por nuestro suelo, presumiendo un linaje inexistente? ¿No será que esas simulaciones abren puertas que a lo sumo no abrirían apellidos como Lizarazo y Tocarruncho?
Por: ANGEL ALIRIO MORENO MATEUS
Jamás llamaron mi atención las columnas de Natalia Springer. Simplemente me pareció en las oportunidades que fui entrevistado por Vicky Dávila en la F.M. que como comentarista era hostil e inquisidora y no se detenía en la condición humana del entrevistado, no le creía, iba cuestionando y repartiendo juicios subjetivos, llegue a pensar que valida de su condición de abolengo alemán le otorgaba una aureola de nobleza y pureza que le permitía su comportamiento. Lejos de saber que se trataba de la ciudadana colombiana, Natalia Marlene Lizarazo Tocarruncho, por sus apellidos, nacida en Combita o en Sativa, o probablemente en Umbita o Villa Pinzon, alimentada de chiquita con buena papa y costilla de ovejo de Ventaquemada.
Pero hoy que la falacia de sus apellidos ha quedado al descubierto me pregunto ¿Cuántas personas al igual que Natalia Springer van por nuestro suelo, presumiendo un linaje inexistente? ¿No será que esas simulaciones abren puertas que a lo sumo no abrirían apellidos como Lizarazo y Tocarruncho? No dudo que Natalia y su equipo interdisciplinario tengan la capacidad de adelantar los objetos contractuales que la Fiscalía General les ha confiado. Pero tampoco dudo, que si no hubiese mantenido –adoptados- los apellidos de su fugaz unión marital, Natalia estaría con su hoja de vida al igual que muchos colombianos de excepcionales competencias, con ella bajo el brazo y en el mercado del rebusque, porque no le damos espacio a nuestro talento criollo, sino a aquel que proviene de otras latitudes.
No nos debe dar miedo avanzar nuevos escenarios metodológicos
La curiosidad me llevo entonces a leer la última columna de la Springer. Ella expone sobre los posibles productos y el propósito del trabajo confiado por el Fiscal General formulando el interrogante que “si esa misma ciencia nos puede ayudar a entender la relación entre miles y miles de casos criminales, es decir, si puede ayudarnos a deducir patrones y a entender los móviles de ejecución de un crimen” resultaría útil. A mi parecer el trabajo pretende sacar la investigación penal del escenario metodológico actual, para llevarlo por caminos de la ciencia “innovación pura” como ella misma llama, sin embargo nuestra legislación en materia procesal está lejos de tener como tipos probatorios estos métodos, aunque el trabajo nos serviría para entender desde el ángulo sociológico otras causas de la violencia en Colombia.
No nos debe dar miedo avanzar en esos nuevos escenarios metodológicos como herramientas en la búsqueda de acercamientos a las verdades reales con las verdades procesales. La ONU –por ejemplo- ya se está preparando por si los extraterrestres llegan a la Tierra. Mazlan Othman, es directora de la Oficina de Relaciones del Espacio Exterior de la Organización de las Naciones Unidas. Ella tiene la misión de atender y relacionarse con los seres intergalácticos que hicieran contacto con nuestro planeta. El mundo ha estado en continua búsqueda de la inteligencia extraterrestre y Mazlan es una astrofísica experta en el estudio de contactos alienígenos que alimenta la esperanza humana de algún día recibir señales de extraterrestres. Ese es un nuevo camino contractual en el mundo. En Colombia ojala no se convierta en escenario para estructuración de los tipos penales de la contratación estatal y no se le dé a algún intrépido servidor público por contratar los servicios de indocumentados extraterrestres.
Hoy la falacia de sus apellidos ha quedado al descubierto