Al parecer, las personas que trafican animales ilícitamente no piensan antes de privar de su libertad a los animales. Tal vez, si tan sólo no se hubiera establecido que todo tiene un precio o simplemente no existiera el dinero todos viviéramos en armonía y los animales vivieran, libres, felices y en abundancia. El querer tener mucho dinero para satisfacer necesidades superfluas é innecesarias o realizar actividades banales hace que el hombre actúe como si no tuviese escrúpulos.

Hay muchos trabajos para que el hombre pueda obtener dinero para alimentarse por lo menos; pero, el deseo por obtener objetos de lujo, mujeres y - como se dice- una buena vida de diversión, convierte al hombre en una persona inescrupulosa. Esta persona al verse frustrada por no poder tener una vida como la antes descrita y, además, afanado por tener mucho dinero, busca un método por el cual conseguir su objetivo, pero busca que el método sea fácil y del cual obtenga buen dinero. Al ver a los animales silvestres indefensos ve allí la solución a su problema de falta de dinero.

Esta persona afanado por tener mucho dinero, busca un método por el cual conseguir su objetivo, pero busca que el método sea fácil y del cual obtenga buen dinero

Como se sabe hay quienes pagan mucho dinero por las pieles, dientes, etc. de algunos animales, entonces el hombre inescrupuloso captura a estos animales para venderlos. Pero también hay quienes compran animales salvajes como mascotas. Un perro o un gato se puede tener, pero un animal silvestre sólo se podría tener, siempre y cuando se le trate bien y correctamente. Aunque los animales no piensen, no se merecen ser aislados de su hábitat natural y mucho menos ser asesinados.

Dios puso a los animales en la Tierra para que el hombre cuide de ellos y vivan en armonía juntos, no para que el hombre los utilice como si fuesen simples objetos o productos para obtener dinero.

AUTOR: Ellser Dayez Antikona Juárez (ROMISI).