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Capítulo de cronicas de la independencia verdad y mito de los libertadores*, de jaime horta, exclusivo para los amigos y afiliados del grupo de abogados de la un). Más abajo: indice completo del libro
EN EL NOMBRE DE COLOMBIA
Por Jaime Horta Díaz
El nombre de Colombia fue ideado por el Libertador Simón Bolívar para la unión de Venezuela y la Nueva Granada, en homenaje al Almirante genovés Cristóbal Colón. Se hizo realidad al aprobarse la Ley Fundamental por la cual "El Soberano Congreso de Venezuela, a cuya autoridad han querido voluntariamente sujetarse los pueblos de la Nueva Granada recientemente libertados por las armas de la República", el 17 de diciembre de 1819, en Angostura (hoy Ciudad Bolívar). De hecho se incluyó a Quito (Ecuador), Panamá adhirió voluntariamente en 1821 y se anexó a Guayaquil en 1822
Columbia es también una expresión o símbolo usual en Estados Unidos desde el siglo XVIII. Se representa como una mujer alta, supuestamente de la mitología griega, pero en realidad tiene origen en Cristóbal Colón.
Bolívar soñó por primera vez con Colombia el 6 de septiembre de 1815. De huida de la furiosa reconquista española que asolaba a Venezuela y que ahora se ensañaba con Cartagena, escribió en la famosa Contestación de un Americano Meridional a un Caballero de esta Isla, más conocida como la Carta de Jamaica: "La Nueva Granada se unirá con Venezuela, si llegan a convenirse en formar una república central... Esta Nación se llamaría Colombia como un tributo de justicia y gratitud al creador de nuestro hemisferio".
La constitución de la Gran Colombia consagró la integración de Venezuela y Nueva Granada (Colombia) pero al señalar su territorio y dividirlo para efectos administrativos incluyó a Quito. Así:
Artículo 1º. Las repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada quedan desde este día reunidas en una sola bajo el título glorioso de REPÚBLICA DE COLOMBIA".
Artículo 2º. Su territorio será el que comprendían la antigua Capitanía General de Venezuela y el Virreinato del Nuevo Reino de Granada", que incluía a Quito. Entonces dividió el territorio en tres departamentos: Venezuela, Quito y Cundinamarca, con capitales en Caracas, Quito y Bogotá, "quitada la adición de Santafé" (artículo 5º).
La Gran Colombia se disolvió por la separación de Venezuela y Ecuador en 1830. Panamá se independizó en 1903. El nombre finalmente lo adoptó la antigua Nueva Granada, primero con la Constitución de los flamantes Estados Unidos de Colombia de 1863 y finalmente con la República de Colombia de 1886.
En rigor la palabra Colombia se le ocurrió al precursor venezolano Francisco de Miranda. También diseñó el tricolor que comparten y veneran hoy Colombia, Ecuador y Venezuela. Objetivamente la unión de Colombia y Venezuela restituía el viejo Virreinato de la Nueva Granada que alguna vez integraron Ecuador, Venezuela, Panamá y parte del Perú.
El estado que luego se llamaría Colombia empezó a gestarse con la creación de la Real Audiencia de Santafé, el 17 de julio de 1549, segregada de Santo Domingo, según el expresidente colombiano Alfonso López Michelsen[1] en sus clases de derecho constitucional en la Universidad Nacional de Bogotá. En realidad López habló del origen de la patria y por eso se ha precisado que la referencia debe entenderse al estado[2]. El profesor Gerardo Molina[3], con otros, afirma que la Revolución de los Comuneros (1781) marca "el punto de arranque" de la liberación de España y la construcción del estado nacional.
El hecho es que el Rey Carlos V, mediante real orden del 17 de julio de 1549, creó la Audiencia del Nuevo Reino de Granada en la ciudad de Santafe, cuyo distrito abarcó las provincias del Nuevo Reino, Santa Marta, Río de San Juan, Popayán, lindando con Quito, y Guayana o Dorado y la de Cartagena. Al Real Sello de la Audiencia se le hizo el mismo recibimiento que al emperador, llevándolo en procesión, bajo palio, en caballo enjaezado rícamente, saliéndole a recibir el Cabildo y los oidores. "Quedó así constituida nuestra patria en una audiencia española como las que ya existían en otros lugares de América", según el expresidente López.
Hacía ya tres años, dice López, que estaba instalada la Real Audiencia de Panamá, a cuya jurisdicción se habían sometido las gobernaciones de Cartagena, Popayán y todo el Perú, dependientes de la de Santo Domingo, a la cual quedaban todavía adscritas Santa Marta y Venezuela.
La reforma administrativa comienza con la creación de la Audiencia y Cancillería Real de Santo Domingo el 14 de septiembre de 1526[4]. Abolido el derecho de conquista, la región se dividió en doce audiencias, creadas sucesivamente: México (1527), Guatemala (1543), Guadalajara de Nueva España (1548), Santa Fé (1549) y las de la Plata, Santiago de Chile y Buenos Aires (1559 y 1609).
Las audiencias fueron sustituidas por los virreinatos, inaugurados en España (Cataluña, Aragón, Valencia, Mallorca, Navarra y Galicia, durante el reinado de Fernando el Católico). El Rey Carlos I creó los virreinatos de Nueva España (México) en 1535 y el de Perú en 1543. El Virreinato de Nueva Granada se separó del de Perú el 27 de mayo de 1717 mediante real cédula de Felipe V, se suprimió el 5 de noviembre de 1723 y se restauró en 1739. El Virreinato del Río de la Plata se estableció en 1776, también segregado del Perú.
Es cierto que Panamá adhirió voluntariamente en 1821 pero tampoco para decir con Oscar Alarcón Núñez que Panamá siempre fue de Panamá[5] Por esa vía y conocida la jurisdicción de la Real Audiencia de Panamá también podría afirmarse que Colombia fue de Panamá. Es más, la orden real que restableció el virreinato de Nueva Granada conservó las audiencias de Quito y Panamá "pero haciéndolas depender directamente de la Nueva Granada"[6].
El nombre de Columbia
En Estados Unidos el nombre de Columbia es conocido desde el siglo XVIII y lo llevan numerosas ciudades, empezando por el Distrito al cual pertenece la capital federal. "Columbia", según el Departamento de Estado[7], es el equivalente femenino del Tío Sam y se la presenta como una mujer escultural que luce una larga túnica blanca con una especie de gorro frigio adornado con estrellas, a veces con la bandera de Estados Unidos en la mano. La misma fuente desvirtúa el carácter mitológico y dice que se le dio ese nombre en honor al explorador Cristóbal Colón "un hombre que nació en Italia y que hizo historia bajo el patronato real de España, quien descubrió el Nuevo Mundo el 12 de octubre de 1492".
Philip Morin Freneau (1752-1832), llamado "el poeta de la Revolución Americana", fue uno los primeros en dar el nombre de Columbia a la América independiente. "Columbia jamás será gobernada por una isla, " dijo en el poema "La Balanza Política", en alusión al imperio británico. Como Columbia también se identifican en Estados Unidos unas veinte ciudades, una de las mas importantes cadenas de televisión y desde 1784 la prestigiosa Universidad de Columbia[8], continuadora del King's College fundado en 1754 en Nueva York.
La sociedad de 1800
La actual Colombia, antes de la Independencia[9], estaba divida en cuatro grandes unidades administrativas, "todas reliquias de la conquista española": en la costa caribe estaban Santa Marta y Cartagena, el Nuevo Reino de Granada dominaba el oriente y la gobernación de Popayán comprendía el oeste y sudoeste y se extendía hasta los límites con Ecuador. La Nueva Granada tenía una población aproximada de 800.000 habitantes, según el censo territorial de 1778-1780. Los aborígenes oscilaban entre 800.000 y 3.000.000, según distintas fuentes. De hecho habían disminuido con relación al siglo XVI, antes de ser diezmados y privados de sus tierras. La mayor parte de la población vivía en el campo. Bogotá tenía unos 20.000 habitantes y las otras ciudades importantes eran Cartagena, Popayán, Tunja y Neiva.
De otro lado, la actividad económica era incipiente, caracterizada por la explotación minera aunque no en las mismas proporciones de México o Perú y la explotación extensiva de la ganadería. Basta decir que el actual departamento del Huila era una hacienda de las familias de Camilo Torres y Tomás Cipriano de Mosquera, finalmente confiscada a los jesuitas, dividida y vendida por el gobierno. El embajador francés de Molliend estimó que en Santa Fé no había más de diez comerciantes pudientes. Tampoco se daba la economía de plantación como en Cuba o Brasil en el azúcar o Venezuela en el cacao[10].
El cronista José María Caballero registró en su Diario de la Independencia[11], el 7 de enero de 1810, la primera protesta por el aumento en los "precios nunca vistos" en la canasta familiar: "Desde mediados del año pasado de 1809 hasta el presente mes han subido los comistrajes a precios nunca vistos: la miel a 21 pesos la carga y la totuma a 2 pesos; las panelas a un real y cuartillo cada una; los alfandoques a tres al real; el maíz blanco a 6 reales; el palito y el tibame a 5 reales; las turmas a 2 reales y medio, y lo mismo las arracachas, los plátanos hartones a 3 al real; la harina a 20 pesos y 4 reales arroba; la botella de aguardiente a 6 reales; la múcura de chicha a 3 pesos; el arroz y garbanzos a 3 pesos arroba; la manteca a 8 pesos y los huevos a 3 al medio, y así de lo demás, etc".
El naturalista Alejandro Von Humbold visitó las provincias americanas de Venezuela, Nueva Granada, Ecuador y México entre 1801 y 1804, vísperas de la revolución de la independencia. Muchos paisajes son identificables todavía. Humboltd, que años antes no reconoció en Bolívar al futuro Libertador, dejó este registro de la nueva clase dirigente:
"Los habitantes de Popayán poseen una cultura superior de lo que pudiera esperarse, pero de todos modos muy inferior a la que ellos mismos se atribuyen. Aquí los que han leído a Tissot se creen médicos; todos saben física y química porque una vez han hojeado el libro El espectáculo de la naturaleza. Además, su inclinación a las ciencias, de que se muestran tan orgullosos, es en verdad muy escasa. Muy pocos aceptaron acompañarnos en las excursiones difíciles. Nadie nos ha preguntado el nombre de una planta ni de una piedra. A nadie se le ha ocurrido investigar estas obras maravillosas de la naturaleza que nos rodean. No obstante me alegro de haber encontrado algunas aptitudes y de observar que hoy existe un despertar intelectual que se desconocía en 1760; se desea adquirir buenos libros y conocer los nombres de personalidades sobresalientes; se conversa sobre temas más interesantes que el de los privilegios de cuna y de nobleza, y se
dispone de mayores conocimientos y medios auxiliares para el saber en la misma Habana.
"Todo ello constituye un buen comienzo, pero creo que el actual e incompleto punto de vista solo quedará atrás cuando los conceptos básicos sobre instrucción y formación se cambien totalmente. Es necesario hacerles comprender que resulta imposible adquirir todos los conocimientos en dos días, y que es mejor saber poco, pero saberlo profundamente. Nuestro espíritu se parece al agua que pierde en profundidad en la misma proporción en que se expande sobre la superficie terrestre. Además, las ciencias físicas que tanta falta hacen a la América hispana, solo echarán raíces en una generación de hombres vigorosos y emprendedores. ¿Qué cabe esperar de jóvenes rodeados de esclavos y servidos por éstos, y que temen los rayos del sol y las gotas de rocío? Una juventud así solo puede originar una raza afeminada, incapaz de los supremos sacrificios que le exigen las ciencias y la sociedad"[12].
Entonces Humboldt no conocía a Caldas y después se prodigaría en elogios del científico granadino pero éste tuvo una gran frustración porque no pudo continuar a México al lado del alemán ya que éste prefirió al ecuatoriano Carlos Montufar, hijo del rico marqués de Selva Alegre, Juan Pío Montufar[13].
El abogado, naturalista y periodista Francisco José de Caldas, en su prestigioso semanario, pondera el conocimiento de la geografía porque "es la base fundamental de toda especulación política: ella da la extensión del país sobre que se quiere obrar, enseña las relaciones que se tiene con los demás pueblos de la tierra, la bondad de sus costas, los ríos navegables, las montañas que le atraviesan... el genio y las costumbres de sus habitantes, las producciones espontáneas y las que pueden domiciliarse en el arte. Este es el grande objeto de la geografía económica"
Entonces precisó los límites de la Nueva Granada, primeros que se documentan:
"Para evitar confusión y simplificar nuestras ideas, llamo Nueva Granada a todos los países sujetos al Virreinato de Santa Fé y, bajo de esta denominación, comprendo el Nuevo Reino, la Tierra Firme y la provincia de Quito. Este bello y rico país está situado en el corazón de la zona tórrida de la América Meridional. Se extiende, de Norte a Sur, desde los 12º de latitud boreal, hasta 5º 30´ de latitud austral, y de oriente a poniente, desde los 60º hasta los 76º 50´ al Occidente del Observatorio Real de Cádiz. Sobre el mar del sur tiene cerca de 500 leguas de costa, desde el Golfo Dulce hasta la ensenada de Tumbez: aquel lo separa de la Costa Rica en Guatemala y esta del Virreinato del Perú. Desde Tumbez, por un arco no bien determinado, va al Amazonas, más arriba de Jaen de Bracamoros, sigue por la orilla meridional de este río hasta Loreto; aquí se cambia a la del Norte, y en la embocadura de Yza, separándose del Marañón, se
interna en el continente hasta el Orinoco por países desconocidos hasta la embocadura del Apure. Subiendo este y el Sarare, toca en la cordillera de Cúcuta, busca las cabeceras del Táchira, sigue su curso hasta su embocadura en San Faustino, atraviesa hasta las montañas de los Motilones y Guajiros, y, siguiendo estas, a terminar en el Cabo de la Vela"[14].
La nueva república de Colombia
El nombre de la nueva república de Colombia pasó de ser un sueño a una realidad en la guerra de la Independencia, como dijo el escritor Germán Arciniegas[15]:
"Hasta 1819 el nombre de Colombia no existía para denominar ningún territorio americano. Entonces Bolívar imaginó una gran nación que resultaría de la unión de Venezuela y la Nueva Granada. Tal fue la conclusión de su famoso discurso al abrir el Congreso de Angostura, cuyo presidente era el granadino don Francisco Antonio Zea. En el desarrollo de su gran idea añadió luego al Ecuador, para formar así lo que se ha convenido en llamar la Gran Colombia. En febrero de 1819 todo eso era un sueño".
El Congreso de Guayana tuvo lugar el 15 de febrero de 1819. Bolívar nombró a Santander -entonces general del ejército de Venezuela- comandante del Casanare y le reconoció el derecho a postular delegados, a lo cual accedió sin dejar de hacer las correspondientes salvedades. El estatuto orgánico de la nueva república reza en su parte motiva que "Que reunidas en una sola república las provincias de Venezuela y de la Nueva Granada tienen todas las proporciones y los medios de elevarse al más alto grado de poder y prosperidad".
Luego en congreso de la Nueva Granada, Santander ratificó la adhesión, como corresponde a un hombre de leyes:
"Estando en Casanare antes de la invasión de Barreiro -escribe Santander en sus Memorias-, recibí ordenes para nombrar diputados al Congreso de Guayana, que debía instalarse el 15 de febrero de 1819, y se nombraron en efecto por Casanare a los señores (Francisco Antonio) Zea, Salazar, Vergara, Uribe y Muñoz, instruyéndoles que salvasen siempre los derechos de la Nueva Granada para cuando fuera libertada. Cuando recibí otras órdenes para reconocer la autoridad del Congreso, y la de Bolívar como Presidente de Venezuela, lo ejecuté al frente de las tropas declarando que este reconocimiento lo presentaba"[16].
Constitución de la Gran Colombia
Después de la Batalla de Boyacá, que decidió la independencia de la Nueva Granada, se reunió el Congreso de Angostura y el 17 de diciembre de 1819 se aprobó la Ley Fundamental originaria de la República de Colombia que formalizaba la unión de las repúblicas de Venezuela y la Nueva Granada "bajo el título glorioso de República de Colombia"[17]. Quito entraría de pleno derecho una vez se emancipara. Simón Bolívar fue elegido presidente y Francisco Antonio Zea, vicepresidente en tanto que Santander fue designado vicepresidente de Cundinamarca y Germán Roscío de Venezuela. El congreso, en medio de polémicas por el contenido religioso, cambió el nombre de Santafé por Bogotá. La capital sería la ciudad de Las Casas que nunca se fundó. Mientras tanto operó en Angostura (hoy Ciudad Bolívar) hasta su traslado a Bogotá.
Santander refrendó la unión con Venezuela durante una junta de notables granadinos el 12 de febrero de 1820 que proclamó el siguiente decreto:
"Estando de acuerdo las autoridades generales así civiles, y militares, como la Eclesiástica, guárdese, cúmplase y ejecútese la Ley Fundamental de la República de Colombia en las provincias conocidas con el nombre de Nueva Granada, haciéndose cumplir, guardar y ejecutar sin contradicción alguna. Publíquese solemnemente en todos Los Pueblos, imprímase y circúlese, dando se cuenta con todo al Excelentísimo Señor Presidente de la misma República. Francisco de Paula Santander, Vicepresidente de Cundinamarca. El ministro de lo Interior y Justicia, Estanislao Vergara. El ministro de Guerra y Hacienda, J. Alejandro Osorio"[18].
El Congreso de Cúcuta convocado para el 1º de enero de 1821 debía aprobar la Constitución de la República de Colombia por cuanto la de Angostura era provisional. Bolívar encargo de la vicepresidencia para que instalara el congreso a Gemán Rescio pero falleció; encargó a Luis Eduardo de Azuola y también murió; en esas llegó de España el precursor Antonio Nariño y lo encargó de la vicepresidencia para la instalación del congreso.
Aprobada la Constitución de Cúcuta el 30 de agosto de 1821, la más técnica de todas, Bolívar fue elegido presidente y Santander vicepresidente en votación disputada con Nariño. Posesionados se designó el primer gabinete el 7 de octubre de 1821: Pedro Gual, Relaciones Exteriores; José Manuel Restrepo, secretario del Interior; José María del Castillo y Rada, Hacienda y Pedro Briceño Méndez, guerra y Marina. Encargado Santander del poder ejecutivo, nombró a Carlos Soublette, jefe civil y militar en Venezuela; Lino Clemente, comandante general para el Zulia y Francisco Bermúdez para el Orinoco. Intendente de Cundinamarca Estanislao Vergara y comandantes generales del Cauca al coronel José Concha y del Magdalena al general Mariano Montilla. La Alta Corte Suprema de Justicia quedó integrada por José Felix Restrepo, Vicente Azuero y Miguel Peña.
Las primeras constituciones que rigieron en Colombia, bajo el dominio español, fueron la Carta de Bayona de 1808 y la Constitución de 1812, aprobada por las cortes de Cádiz y sancionada por el granadino Joaquín de Mosquera y Figueroa.
La nueva República de Colombia fue reconocida por Estados Unidos el 2 de mayo de 1822. Manuel Torres se acreditó como el primer embajador en Washington y fue recibido por el presidente James Monroe el 19 de junio de 1822; el embajador de Estados Unidos, Richard Cloug Anderson, presentó sus credenciales al vicepresidente Santander el 16 de diciembre de 1823.
Gran Bretaña también reconoció al nuevo estado el 7 de noviembre de 1825, para alegría de Bolívar: "He recibido ayer, con un gozo inefable, la gloriosa comunicación que V. E. me ha hecho el honor de dirigirme, participándome el reconocimiento de Colombia por la Señora de las naciones, la Gran Bretaña", escribió a Santander el 8 de junio de 1825, desde Arequipa. "Yo me congratulo a mí mismo, a mi patria y a V. E., por el término de una empresa que colma de bendiciones al pueblo, de laureles a los soldados y de gloria al gobierno que ha sido el arquitecto de esta prodigiosa creación".
En otro éxito diplomático del vicepresidente Santander, el 21 de mayo de 1827 el papa León XII reconoció la independencia de Colombia y en acto que estuvo a punto de llevar a la ruptura de España con el Vaticano, designó Arzobispos en Colombia, nominados por el gobierno: Fernando Caicedo y Florez, rector del Colegio del Rosario, en Bogotá, Ramón Ignacio Méndez en Caracas, José María Esteves en Santa Marta y Felix Calixto Miranda en Cuenca.
Las relaciones diplomáticas con España se normalizaron en 1881.
[1] López Michelsen, Alfonso, Introducción al estudio de la Constitución Colombia, Universidad Santo Tomás, Bogotá, 1983, pp. 98.
[2] Pérez Escobar, Jacobo, Derecho constitucional colombiano, Ediciones Horizontes, Bogotá, 1983.
[3] Molina, Gerardo, La formación del Estado en Colombia (inconclusa), Universidad Externado de Colombia, Bogotá, 1994, p. 15.
[4] Gaviria Liévano, Enrique, Nuestro Archipiélago de San Andrés y la Mosquitia colombiana, Academia Colombiana de Historia - Plaza & Janés, Bogotá, 1ª edición, 1984, pp. 20 y ss.
[5] Alarcón Nuñez, Oscar, Panamá siempre fue de Panamá, editorial Planeta, Bogotá, 2003.
[6] Gaviria Liévano, Enrique, obra citada, p. 29.
[7] Http://usinfo.state.gov/esp/home/topics/us_society_values/national_symbols.html#Columbia
[8] http://www.columbia.edu/about_columbia/history.html
[9] McFarlane, Anthony, Colombia antes de la independencia, Banco de la República/ El Ancora Editores, Bogotá, 1997, pp. 61 y ss.
[10] Jaramillo Uribe, Jaime, La personalidad histórica de Colombia, Ancora Editores, Bogotá, 1994, p. 34.
[11] Caballero, José María, Diario de la Independencia, Banco Popular, Bogotá, 1974, p. 65.
[12] Humbold, Alejandro, carta del 20 de noviembre de 1801 dirigida a José Celestino Mutis publicada en Schumasher, Hermann, Caldas, Un forjador de la cultura, traducción de Ernesto Guhl, Ecopetrol, Bogotá, 1986, pp. 9-10.
[13] Schumacher, Hermann, obra citada, p. 34.
[14] Caldas, Francisco José, Semanario del Nuevo Reino de Granada del 8 de diciembre de 1907, Biblioteca Popular de Cultura Colombiana, Bogotá, 1942, p. 16.
[15] Arciniegas, Germán, Colombia, itinerario y espíritu de la independencia, Editorial Norma, Cali, 1969, p. 101.
[16] Santander, Francisco de Paula, Memorias, Biblioteca Banco Popular, volumen 50, Bogotá, 1973.
[17] Moreno, Pilar, p. 244.
[18] Moreno, Pilar, p. 246.
INDICE
A MANERA DE PRÓLOGO:
AMÉRICA DESCUBRE A COLÓN
INTRODUCCIÓN
EL BICENTENARIO Y LOS LIBERTADORES
NARIÑO, PRECURSOR, INTERNACIONALISTA Y LIBERTADOR
SIMÓN BOLÍVAR, EL LIBERTADOR
SANTANDER SÍ ES EL HOMBRE DE LAS LEYES
EN EL NOMBRE DE COLOMBIA
LA REVOLUCIÓN DEL 20 DE JULIO
LA SANGRIENTA RECONQUISTA ESPAÑOLA
LAS BATALLAS DE LA LIBERTAD
LOS LIBERTADORES ENTRAN A BOGOTÁ
LA ENTREVISTA DE BOLÍVAR Y MORILLO
TRATADOS DE ARMISTICIO Y REGULARIZACIÓN DE LA GUERRA
EL CANJE DE PRISIONEROS ERA OBLIGATORIO
BOLÍVAR Y SAN MARTÍN CHOCARON EN GUAYAQUIL
LA LIBERTADORA MANUELA SÁENZ
LA CONSPIRACIÓN DEL 25 DE SEPTIEMBRE
EL ALMIRANTE PADILLA
CARTAS DE AMOR DE BOLÍVAR Y MANUELA SÁENZ
EL GENERAL CÓRDOVA, HÉROE DE AYACUCHO
EL GENERAL PÁEZ, DE PEÓN A PRESIDENTE DE VENEZUELA
EL MARISCAL SUCRE, HEREDERO DE BOLÍVAR
LA CAÍDA DE BOLÍVAR
EL GENERAL RAFAEL URDANETA, ÚLTIMO PRESIDENTE DE COLOMBIA
LA MUERTE DEL LIBERTADOR
BOLÍVAR Y SANTANDER SE RECONCILIARON EN LA HISTORIA
BOLÍVAR Y LA ABOLICIÓN DE LA ESCLAVITUD
PERIODISTAS EN LA INDEPENDENCIA
RESUMEN SUCINTO DE SUCRE POR SIMÓN BOLÍVAR
BIBLIOGRAFÍA
INDICE ONOMÁSTICO
*CRÓNICAS DE LA INDEPENDENCIA Verdad y mito de los Libertadores Bolívar, Santander, Páez Nariño, Manuela Sáenz, Córdova, Padilla y Sucre, entre otros, del abogado y periodista Jaime Horta Díaz (Uniediciones, Editorial Ibáñez, Bogotá, 2009).
Enviado por: "Colegio de Abogados UN" colegioabogadosun@yahoo.com Mié, 4 de Nov, 2009 12:30 pm (PST