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Arrticulo escrito por el columnista colombiano Daniel Samper
No creo que la revolución cibernética que permite llegar de manera instantánea hasta una pantalla en el escritorio de su oficina o el computador de la alcoba de su casa sea tan maravillosa como dicen.
Antes de que existieran los mensajes de correo electrónico se enviaba recados a través de métodos más respetuosos, como la carta, el telegrama o el chino mandadero. El cartero llegaba a la puerta de la oficina, pero no se colaba hasta el escritorio. Y si el chino entraba hasta la alcoba de la casa era porque alguien le había franqueado la puerta y convenía averiguar qué diablos estaba pasando.
Ahora no. Se levanta uno medio dormido con las primeras luces del alba y allí, titilando en el computador, una lucecita anuncia el arribo de un mensaje. Siempre he temido que esa pantalla que sirve para ver lo que ocurre afuera sirva también para transmitir imágenes bochornosas de lo que pasa adentro. Por eso, antes de abrir un mensaje me baño, me peino y, sobre todo, me visto: podría ser que el DAS estuviera grabándome con su conocido programa ChuzoX.
Aquella mañana me despertó la campanita electrónica de los nuevos correos y rápidamente me arreglé y miré de qué se trataba. Era un recado de Adriana, mi nueva jefa en CARRUSEL: "Estamos trabajando un tema sobre mujeres mayores de 45 años fanáticas de Facebook. Según un estudio de E.U., ellas son el grupo social que más crece en esa red social, con un incremento del 550 por ciento en el último semestre. Sería interesante una columna tuya sobre el tema de los mayores de 45 y las nuevas tecnologías".
A mí me aburren sobremanera las nuevas tecnologías, porque envejecen antes de que uno acabe de dominarlas; pero me aburren mucho más las redes sociales. Así que respondí: "Sí, Adriana, pero para atacarlas". Y añadí, a dedo: "Enviado desde mi BlackBerry¿ Wireless Device", porque descubrí que eso impresiona muchísimo y creen que uno es rico. Adriana aceptó impactada, y por eso me encuentro a punto de declarar en esta página que estoy hasta la mitra de recibir a través de internet propuestas para entrar en redes sociales, algo que no me interesa en absoluto.
No creo que la revolución cibernética que permite llegar de manera instantánea hasta una pantalla en el escritorio de su oficina o el computador de la alcoba de su casa sea tan maravillosa como dicen
Me llegan a diario mensajes como este: "Te he agregado como amigo en hi5", suscrito por un desconocido. O bien: "Fulano te invita a que seas su amigo en Sonico". Otros dicen cosas por el estilo de "Creé un perfil de Facebook con mis fotos, videos y eventos y quiero que lo veas. Saludos, Ana". Ignoro quién es Ana, y si lo supiera no me interesaría conocerla, y si la conociera le negaría el saludo por exhibicionista.
Escribe en otro mensaje una señora bastante mayor de 55 años a la que apenas distingo: "Acabo de unirme a Quepasa.com y me gustaría que visitaras mi perfil". ¿Perfil? Si la pobre parece estar siempre de espaldas... Un optimista, aficionado a las carreras de carros ¿deporte que me aburre tanto como el Facebook¿ remite este mensaje: "Te invito a unirte al grupo BMW Autogermana Racing". Supongo que también invitará vegetarianos a tragar fritanga. Otra sorpresa reciente: "A friend has invited you to try Pandora". Querida Pandora: no le jalo en español, mucho menos en inglés.
Todos estos correos me quitan muchísimo tiempo porque, en vez de borrarlos sin contemplaciones, los contesto, como persona educada que soy. Pero, para evitar toda relación personal, escribo, letra por letra, una falsa respuesta automática: "Su invitación a (aquí la red: Facebook, Sonico, Quepasa, hi5, Windows Live, Unyk, etcétera) ha sido denegada por el programa GoToHell. Al invitado no le interesa adquirir nuevos amigos. Tampoco ver sus fotos, videos ni sus perfiles. Ni entablar conversación con usted. Ni saber de usted. Ni nada. Déjeme tranquilo, por favor".
Ahora apareció otra moda, el tal Twitter, y me dicen que es un "microblog" en el que solo caben bloques de texto de hasta 140 caracteres. Yo no entiendo cómo funciona el asunto. Solo sé que mi mensaje de GoToHell tiene casi 300 caracteres, así que, para rechazar a los que me piden unirme al Twitter, diseñé un nuevo texto digital (es decir, escrito a dedo) que responde: "Cupo de amigos está saturado. Inútil insistir. Mensaje enviado desde mi NoMeHoda ¿ Wireless Device".
Y aún me sobran 42 caracteres...
Por Daniel Samper Pizano. (Publicado en el Tiempo.com)