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Educar a los hijos no es tarea fácil para nadie, siendo que cada padre utiliza métodos distintos para realizar esta tarea. Las técnicas que cada padre emplea para este cometido, lamentablemente no siempre son las más acertadas citando como ejemplo, las luchas de poder, el menosprecio, las críticas y las burlas, llevando cualquiera de ellas a conductas problemáticas en los niños. El término burlarse hace hincapié en mirar al niño para reírse de él, y cabe destacar que la burla es distinta al humor ya que cuando hacemos un chiste, en primer lugar lo aceptamos y como consecuencia nos reímos del chiste en sí pero nunca de una persona.
Las burlas tienen consecuencias nefastas en el niño, como por ejemplo, aquellos padres que se burlan del hijo porque tiene malas notas en la clase, lo que logra es que este se vaya encerrando cada vez más en sí mismo, tornándose inseguro y falto de confianza, lo que lo lleva a que su autoestima sea cada vez más baja. Obviamente que si un adulto piensa que utilizar las burlas con su hijo va a elevar el desempeño de este en la escuela, realmente está muy mal encaminado en la tarea y va a necesitar urgentemente orientación profesional; para comenzar a hacer las cosas bien, el padre debe dialogar con el maestro y escuchar lo que este precisa, además de apoyar al niño en lo que pueda dejando de lado las técnicas de burlas.
Otros padres que se burlan del niño por ejemplo, por no hacer determinado juego de forma correcta, además de utilizar la burla entran en un círculo negativo de comparar a su hijo con los hermano o bien con otros niños, etiquetándolo de lento, torpe o poco inteligente. Cualquier persona puede darse cuenta que suscita los celos entre hermanos, además de que se pequeño pueda de forma inconsciente ir incorporando en su interior estos conceptos negativos, logrando que en el futuro los de como adquiridos, transformándose en lo que en un día fueron marcados por sus padres.
Un adulto debe saber que si se burla, critica o menosprecia a un niño, le está dando armas para que se comporte de la misma manera, ya que la intimidación es un comportamiento aprendido y el adulto ha de saber y tener bien presente que si utiliza adjetivos calificativos del tipo bobo, lento, estúpido, imbécil, etc., es muy probable que lo haga a causa de sus propias carencias.
Las burlas son consideradas como un tipo de violencia verbal. Los niños que crecen en este tipo de ambiente, copian este comportamiento o forma de actual y luego suelen aplicarla con otros niños, además de que se transforman en agresivos e inclusive en violentos. Lamentablemente las burlas también pueden llevar a la depresión infantil, en el caso de que el niño no pueda procesarlas de forma debida; en caso de notar que el niño se torna agresivo, triste, con mal comportamiento, irritable o con conducta problemática, entonces es probable que pueda estar vivenciando una depresión, con lo cual es muy aconsejable poner en manos de un profesional a el niño, quien va a saber cómo tratarlo.
Gabriela Nari | Editora de Suhijo.com
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