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Signadas por la politiquería, las últimas elecciones parlamentarias en Colombia tienden nuevamente un manto de duda sobre la legitimidad de las prácticas políticas del país
Estoy de acuerdo con el Señor Presidente de la República de Colombia cuando culpa a la politiquería por las fallas en los escrutinios de las pasadas elecciones. Lo curioso es que tal vez Don Álvaro Uribe no se preguntó ¿a quién benefician las irregularidades en estas elecciones? Porque, efectivamente, no es a la oposición. Son los partidos uribistas los que salieron favorecidos: El partido de la U, el mismo al que pertenece el culpable de los falsos positivos, Juan Manuel Santos, se llevó la mayor votación. El partido conservador, al que pertenece nuestro Hood Robin (que al contrario de Robin Hood, le quita a los pobres para darle a los ricos) el cerebro de Agro Ingreso Seguro, Andrés Felipe Arias, se quedó con el segundo puesto en votantes, además de la dudosa veracidad de los resultados en su consulta interna para elegir candidato a la Presidencia de la República. Esa misma politiquería que denuncia el Señor Presidente logró que el partido de los presos por vínculos con el paramilitarismo, el PIN, pusiera a sus “testaferros” en la escena política. Qué curioso que esta práctica lo moleste ahora, pero no lo molestó cuando lo llevó al poder por primera vez y por segunda, y casi por tercera.
De todas maneras sigo estando de acuerdo en que ha sido un desastre la última jornada electoral del país, la irreflexividad política del grueso de la población colombiana aparece como gran protagonista de nuestras prácticas “democráticas”. Los colombianos siguen eligiendo a los mismos, y a las mismas que han llevado al país al atraso en el que vive. No quiero ni imaginarme lo que serán las próximas elecciones presidenciales; toda la politiquería pujando para que las prácticas corruptas de los últimos 8, 12, 16 y etc años, se mantengan, pujando para reelegir las políticas de Agro Ingreso Seguro, de los Falsos Positivos, de la Emergencia Social y todas esas joyitas que este gobierno nos deja y que parece que ya se olvidaron, porque una cosa está clara en Colombia y es que cada gobierno se esfuerza por acabar cualquier cosa buena y hacer cosas peores que las hechas por sus antecesores.
Lo curioso es que tal vez Don Álvaro Uribe no se preguntó ¿a quién benefician las irregularidades en estas elecciones?
Me gustaría creer que me equivoco, que los colombianos van a dejar la pereza y van a empezar a hacer un esfuerzo mental y a reflexionar sobre los programas de gobierno que presentarán los contendores, me gustaría creer que en Colombia va a dejar de ser visto con malos ojos el pensar diferente, que cuestionar lo establecido dejará de ser considerado un acto de terrorismo. Pero hoy, con la desazón que me invade, creo que es pedir mucho, me pareciera que a los colombianos les gusta que les endulcen los oídos, que les digan lo lindo que tiene el país, que les digan que Colombia es pasión, aunque eso pueda indicar que no es razón.