Fuente Literaria/ Poesía Romántica N° 55

Lejos de las flores primaverales y el invierno que se esfuma, escribo estas letras

Bajo la pasión que me devora al saberte mujer y compañera docente.

Al calor de la mañana que bajo el cielo une los límites del espíritu, me obliga

A escuchar un vallenato bajo un imaginario desvelado por la soledad, atado

Con pañuelos.

En tus venas se desliza el ruido del cerrojo, cuando el cirio luminoso transporta mis despojos

En un canto fúnebre que infunde las noches del silencio.

Te has trenzado los cabellos y te alejaste, has confiado en tu imaginación. Has callado misteriosamente.

Llena de sol, caminas por la sábana, mirando los árboles y villas.  Es el término del viaje, para dos.

Es el canto en el tiempo

A cada paso, las estatuas de los muertos gritaban y parecían congelarse, muchos en las murallas del purgatorio.

Sábana, tus pasos e imaginario hacen brotar del cielo los vientos con los ángeles tallados del linaje

Que chotorrean el sol en la amanecida.

Estoy, a tu gusto, bajo la sombra del Araguaney, es la víspera de las viejas leyendas y del escudo

Para taparnos de la lluvia del sol.

Lo siento, como artesano, no pude moldear tu imagen a mi corazón y viajas a tierras extrañas

Durmiendo en tu visión deliciosa en cada amanecer, cuando corrías en la sábana hasta envolverte

Con tus ángeles en plena labor.

Es un día de sol y, entornobo mis ojos, se dejaba ir, te fuiste y pienso en ti. El viejo vino esperará,

Somos una voz

Es el largo tiempo. Abandono tu caminar sin ser visto.

Emiro Vera Suárez/ 12/10/2020/ Valencia