¿Perdonar, como hacerlo y cuando llega la liberación?

Todo el mundo habla de perdonar, y en realidad se debe perdonar por muchas razones que de todos es conocida especialmente de aquellas personas que decimos son cristianas de cualquier denominación existente. 

Pero una cosa es decir “te perdono” y perdonar de corazón, sintiendo la liberación total que nos da el olvidar o recordar lo que nos hicieron sin ninguna clase de sentimiento adverso en nuestro ser.

No podemos perdonar en el tiempo en que las personas se arrepienten de lo que nos hicieron y mucho menos perdonar de corazón sin enterarnos de lo que nos hicieron realmente, porque cuando nos es revelado todo lo que implico y lo que perdimos por culpa de lo que nos hicieron, el rencor, y todos los malos sentimientos vuelven a crecer quizás con más fuerza que antes.

 Pero un requisito para perdonar completamente y que haya sanidad en el corazón de la persona es la confesión del mal hecho. Y no solamente confesar sino saber que se va a recibir la consecuencia de ese hecho de acuerdo al mal o a la falta de perdón de la persona que recibió el mal.

Porque cuando una persona necesita el perdón de otra, es porque ha llegado a un punto en que la falta de perdón lo daña más que el guardar el secreto de ese mal que hizo. 

Cuando crecemos y maduramos espiritualmente sabemos que es más necesario estar a cuentas a pesar de  cualquier retaliación o disciplina que recibamos por haber infligido el mal y aquí debemos recordar este pasaje 2 Samuel 21:3 Dijo, pues, David a los gabaonitas: ¿Qué haré por vosotros, o qué satisfacción os daré, para que bendigáis la heredad de Jehová?

Ya esto no era de hombre, no era material, era algo espiritual que Dios estaba demandando y que si David no satisfacía ese pago exigido por las injusticias cometidas por la casa de Saúl contra los Gabaonitas, Dios iba a seguir apretando al pueblo para que de una forma más dolorosa pagara el precio debido por su maldad.

Porque es muy bueno heredar las bendiciones familiares, quien no quiere descender de un Presidente, de un abogado y que tan maravilloso pertenecer a la realeza por cualquier puerta, no importando lo pequeña que esta sea.

Cuanta vanagloria en decir “recibí la invitación a la celebración de …” porque el Rey, la Reina, la Princesa, o… Voy a la celebración en la Casa Blanca de… o voy a la casa presidencial a…., como humanos somos orgullosos y vanagloriosos de pisar donde unos pocos elegidos pueden entrar y eso no es malo, al contrario que alegría pertenecer a ese pequeño grupo de personas que por unas u otras razones tienen esa gracia de tener entrada a los lugares altos de los cuales nos habla la Biblia.

Pero Colombia y todos los países, especialmente algunos suramericanos tienen un precio que pagar por las razones que todos conocemos y que no son desconocidas por nadie.

Nadie debe señalar, nadie debe decir debemos hacer esto o aquello, porque cada uno en su corazón sabe lo que merece, así como Pablo Escobar fue baleado por el bloque de búsqueda y su familia corto con la maldición de la droga, porque sufrió la vergüenza publica de la confesión de su pecado, así Carlos Ledher corto con la maldición familiar al ser extraditado y encarcelado en Estados Unidos.

Ese fue el precio que se exigió en su momento y que se pagó,  si sus descendientes o familiares libremente, no obligados siguen en el narcotráfico es una nueva maldición y es otro nuevo precio. 

Cuando perdonamos tenemos luchas de todas clases y el que perdona, como el que recibe perdón debe seguir un nuevo camino de restauración

El perdón exige restitución de diferentes clases y esta restitución no la determina el hombre a su libre arbitrio, es algo muy grande tomar decisiones de esa clase e involucra muchas vidas y muertes muchas veces, porque someterse por las buenas es una cosa, pero someterse por las malas ya sabemos todos también el costo. 

Enviar un emisario  o mensajero como diríamos para que suplante al verdadero culpable implica continuar con el problema y que se agrande cada día más y más, ejemplizar sirve cuando el ejemplo es real.

Cuando se toma un inocente o un joven o una persona invidente para cubrir la falta del adulto que tiene el poder y el mal no sirve ese pago a menos que se confiese la verdad por el culpable o los culpables y haya un cambio verdadero.

A veces entregar una persona, es entregar nuestro patrimonio, es entregar la ciudad o el país y eso tampoco se debe, en cada país hay leyes y se deben cumplir y los gobiernos muchas veces hacen cosas que no entendemos pero que se deben hacer por un bienestar mayor del pueblo que hay que sustentar y porque el beneficio que reciben las personas que reciben en el exterior lo que se envía es más grande que lo que se hace mal. 

Nadie es perfecto, tenemos derecho a la libre expresión y tenemos derecho a creer lo que queramos creer, pero lo que si no tenemos derecho es a dañar a la niñez y juventud en nombre de la justicia, los medios no justifican un fin. Debemos buscar medios leales, fortalecedores, que dañen lo menos posible y que ayuden a que haya sanidad y restauración.

Las EPS no dan abasto y como todo negocio necesita el respaldo de las personas, no pueden exigir lo mejor y gastar alegremente el presupuesto personal en cosas que no aprovechan, hay que ser equilibrados y saber que de acuerdo al presupuesto familiar las personas pueden usarlas. 

Los abusos acabaron con el seguro social, los abusos acaban con las oficinas y negocios del gobierno, pero cuando las personas son conscientes de este abuso deben tratar de ser racionales y gastar el salario que ganan en sus vanidades y respetar el herario público, para que alcance más para todos aquellos necesitados que sufren y que carecen no solo de educación, sino de recursos para resolver sus más mínimos problemas, como es en una zona aledaña a una ciudad principal donde funcionan grandes empresas, una familia que carecía de poza séptica y bueno ni preguntar dónde hacían sus necesidades.

¿Cómo pueden dormir siete personas y más en una sala y un cuarto?

Donde está el gobierno en ese municipio colombiano que no se interesa en las necesidades de sus habitantes principales, que viven cerca de la avenida principal del municipio y carecen de lo más mínimo para tener una vivienda digna.

Y como ellos muchos en el municipio, con necesidades y aberraciones que solo Dios conoce y que son ocultas a las autoridades nacionales de Colombia o quizás en el interior haya iguales o peores necesidades que estas. 

Si los dirigentes no cambian su mala manera de vivir, si no dejan de llenar las arcas familiares a costa de los impuestos generales y entradas económicas gubernamentales, para mantener los cargos y las prebendas necesarias para volver a ser reelegidos, esto no va a cambiar y va a ir de mal en peor y las maldiciones y enfermedades y toda clase de males aumentaran.

Solo debemos mirar las estadísticas de ciertas cosas y darnos cuenta que Colombia es una tierra que día a día pierde bendiciones celestiales y gana las terrenales que se desgastan y terminan acabándose y creando necesidades más grandes, porque aun el pueblo cristiano se involucra en las cosas del mundo, justificándose y dándole la gloria a Dios que no es de Él, porque la Gloria real de Dios es limpia y visible al que la quiere ver.

Perdonar es nacer de nuevo y un compromiso diario para poder recibir perdón