Lo claro deja de estar tan nítido. Incluso queriendo cambiar la lente para ver de otro color el mundo, sigue siendo gris. Gris y efímera felicidad. Buscando un cómo. El sentido de la vida, el sentido de mis latidos. Como vivir sin sentirlo. Cómo vivir. Tumbarme en el suelo y pensar. El mundo bajo mis pies y a la vez sobre mí, que ya no sé ni lo que quiero ni me importa. Todo me sobrepasa, en esta vida que pasa cuando sólo pasa el tiempo. Mis líneas rectas son zigzags que acaban en tierra de nadie. Insulso. Quiero olvidar. Dejar de ser tan sumamente gilipollas y ser fuerte. Ser capaz de mirarte a la cara sin murmurar. Dejar de pensarme cada matiz. Dejar de comerme la cabeza. Pero no existen puntos medios, mas sigo siendo un punto final. El final de mis inicios comienza cuando acaban los sueños. Y yo, con insomnio, amordazándolos con el nudo de mi garganta en el fondo del mar. Haciendo fuerza con mis manos, el corazón en un puño. Ahogando oportunidades. Y lo más bonito, que sigues siendo tan estúpidamente irreal. Tan cerca e inalcanzable. A un palmo. Y tan lejos. Son los segundos los que te mandan a dormir junto a mí. Junto a mis miedos. A dos palmos del cielo y a uno del suelo. Que és más fácil caer que alzar el vuelo. Lo simple deja de ser complejo cuando dejamos atrás nuestros complejos; cuando somos, seremos y estaremos junto a nuestro fiel reflejo del espejo. Cuando no nos conformamos con lo que nos llega, cuando luchamos y buscamos nuestro sendero. Cuando el camino es difícil, búscate buena compañía. Hoy en día, tengo la mejor. Y como siempre, fuiste todo. Algún día serás nada. El resto, es historia. Y como toda historia, siempre tiene un final, y una segunda parte. Y deja secuelas. Pero hay historias, que permanecerán para siempre en nuestra memoria y la nuestra será una de esas. Tan fácil de escribir, tan difícil de conseguir, tan simple como dejarse llevar con la contracorriente frente a la adversidad. Y que el tiempo decida. Mientras tanto, alzaremos el vuelo para que el viento nos lleve. Alzaremos el vuelo.
Guille.
Y a veces pensaba que era tan poco. Como un reflejo en el cristal, una intención. Aquellas ganas de volar entre los barrotes de la cárcel de mi mente. Preso de mis labios y de los grilletes que condenan al vacío que deja el silencio. El eco del tunel que nunca dejo escapar aquella última frase 09/12/2012
Guardo en un cajón todo lo que pienso, como el que amontona monstruos bajo la cama. Como el que los esconde sin preguntarse cómo vivirán ahí debajo todos juntos. Sin preguntarme mis miedos acabé siendo uno de ellos 12/12/2012
Y digo yo, caminante no hay camino sino piedras en el destino. El pacto de las sombras cuando somos reflejos del olvido. Somos propios mismos que, en la búsqueda del tú, dejamos de ser yo. Hechos de corteza, echando raíces y buscando energía con ansia 19/12/2012
Ahí me esperaba, haciéndose la dormida ocupando parte de mi cama y mis sueños, sin mover ni un músculo. Con un ojo entreabierto, como si no me diese cuenta de las artimañas, de su juego. Quise jugar en su juego aún sabiendo que llevaba las de perder. Quien no arriesga no gana, esa es la cuestión 08/12/2012
En el vacío hace frío y tirita. Entumeciéndose cada uno de sus músculos, presa de sí mismo acabó siendo devorado. Cayendo entre sus garras, afiladas. Con unos ojos de gata como platos fijos en el menú de mi mirada perdida de búho. En aquel espejo rallado. Perdido en mis olvidos 16/12/2012