Dialogó con el autor del documento que suma 504 páginas, el politólogo Álvaro Villarraga Sarmiento, directivo y coordinador del Área de Paz y Derechos Humanos de la Fundación Cultura Democrática (FUCUDE)
El informe que relata la historia de la región antioqueña desde 1985 hasta 2014, su población, actores armados y conflictos.
No se puede hablar del conflicto armado en Colombia de una manera homogénea, porque su ejecución cambia según las dinámicas e intereses de los actores que interactúan en cierta región. Es por eso, que para conocer su proceder en la zona bananera del norte de Antioquia, un grupo de investigadores elaboraron el Informe ‘La sombra oscura del banano en Urabá: conflicto armado y el rol del empresariado’.
LAUD 90.4 FM Estéreo, dialogó con el autor del documento que suma 504 páginas, el politólogo Álvaro Villarraga Sarmiento, directivo y coordinador del Área de Paz y Derechos Humanos de la Fundación Cultura Democrática (FUCUDE), quien dio algunos detalles del estudio el cual fue presentado ante la Comisión de la Verdad el pasado 30 de noviembre.
“Es un informe sistemático que comprende varios periodos y distintos conflictos. Estudia todos los actores de conflictividad, factores, causas y circunstancias. Tiene un riguroso seguimiento. Habla del Estado, de la Fuerza Pública, los paramilitares, las guerrillas, empresarios, sindicalistas, partidos políticos, organizaciones sociales, indígenas, campesinos…Hemos subrayado el tema de los empresarios que es el menos conocido, junto con el del Estado y sacamos varias hipótesis”, afirmó.
Parafraseando las declaraciones hechas por Villarraga, se puede observar la línea de tiempo del conflicto, las realidades de la población y la impunidad de los casos:
Hipótesis
Urabá es una región en donde de manera prematura se dio un enclave agroindustrial que significó un despojo masivo de tierras. Esta era una zona indígena poblada y se dio una composición acelerada en los años 60s y 80s donde la industria y la ganadería hicieron desaparecer el campesinado casi en su totalidad, solo quedaron en las periferias. Los indígenas fueron reducidos también y desplazados. Los títulos de tierras se les dio a muy pocos y se concentró para otros. Entre los emporios creados se fortaleció la transnacional estadounidense Chiquita Brands.
Compañías bananeras
Los empresarios consideraron que esta era tierra de nadie y los pocos habitantes que lograron quedarse fueron sobreexplotados laboralmente. Los obreros no tenían vivienda ni para ellos, ni sus familias, vivían en galpones en los campamentos bananeros, hacinados, sin servicios básicos, ni salud y no se regía el Código Laboral. Las políticas del Estado colombiano fueron selectivas en ese momento, unas se aplicaban, otras no. “Por ejemplo, se les dieron las garantías a los empresarios y ganaderos, pero no atendieron a la población, no se les satisfizo sus necesidades básicas, ni sus solicitudes. Eso fue lo que generó la conflictividad social, como el movimiento obrero, que pagaron con sus vidas solo por solicitar los derechos laborales”, expresa el experto.
Parafraseando las declaraciones hechas por Villarraga, se puede observar la línea de tiempo del conflicto, las realidades de la población y la impunidad de los casos:
Asesinatos y represión
Aquellos que estaban en contra de la exigencia de los sindicatos y los reclamantes de tierras acudieron a los grupos armados organizados ilegales para que asesinaran a los líderes sociales de la época. El conflicto y la falta de garantías para las comunidades fue un caldo de cultivo para la guerrilla del EPL y las Farc-EP. Más adelante luego de los frustrados acuerdos de paz e incumplimiento de las treguas por parte del Gobierno en los 80’s se retomó la guerra siendo el Urabá la región del país donde más se agudizó durante esa época. Es ahí donde se crea, por parte del Estado, la Jefatura Militar de Urabá que fue una dictadura de represión y masacres.
Luego surgen grupos políticos como la Unión Patriótica en pro de los derechos sociales, los cuales fueron exterminados por el paramilitarismo, siendo este grupo armado el que encrudeció el terror y terminó siendo para el año 2000 quien imponía su poder en la región a favor de los empresarios. De hecho la bananera Chiquita Brands, lo financió por 10 años: “Carlos Castaño se ufanaba en decir que el Urabá era modelo de pacificación a mostrar en el país”, señaló el invitado.
Impunidad
Aunque la Fiscalía General de la Nación adelanta indagaciones y pese a los aparatos investigativos robustos: “hay total impunidad, la justicia no se ha ocupado del tema, ni con los datos revelados por los paramilitares desmovilizados”.
Entre las reseñas del informe hay: “10.488 amenazas denunciadas, 12.393 desapariciones forzadas, 47.657 homicidios y 581.293 desplazados forzados contra de campesinos, indígenas y pobladores urbanos, en muchos casos con despojos de sus tierras y pertenencias”.
Villarraga indicó que en enero se entregará el documento a la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), además se hará llegar a más instancias y se dejará a disposición de público: “Estamos sintonizados con el anhelo nacional de que se esclarezcan las causas del conflicto y las circunstancias del mismo”.
Quien dio algunos detalles del estudio el cual fue presentado ante la Comisión de la Verdad el pasado 30 de noviembre
Para escuchar la entrevista
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