Hoy estoy navegando por internet, buscando noticias de fútbol, entre las cuales se siguen destacando las preparaciones de juegos amistosos de la fecha FIFA que se avencina, la muerte del jugador Jarque en España y pues otra muy absurda, a la que se refiere dicho titular de mi entrada.

El domingo se jugó el clásico Vallecaucano en Colombia, entre el Deportivo Cali y América de Cali. El resultado fue la victoria de los verdes. Mariño realizó el pasegol para el primero y cobró el penal dudoso que le dió la victoria al Cali. No hizó nada más.

Y es que en todos los partidos no hace lo mismo que hizo contra el América. Quizás, su juego contra el América fue el mejor que ha hecho en Colombia, pero no dejó de ser discreto. Un jugador para mí, muy malo, normalito y desaparecido, lagunero.

El penalti que cobró nisiquiera lo fabricó él. El pasegol fue más error del defensa que virtud del volante. No sé cómo se atreven a decir en el títular del diario dónde lo saqué, qué fue Mariño quién guió la victoria del Cali, cuando el mejor jugador y figura del Cali en el partido, fue Ortega. Un volante mixto, que sin quererlo, hace el trabajo de él y de Mariño juntos. Cómo es posible que se destaque a un jugador tan mediocre, que ni corre para celebrar un gol.

Por favor, dejemos de subir a pedestales a jugadores que no marcan diferencia. Mariño es un jugadorcito del montón, cómo explican darlo como figura, qué tipo de reporteros deportivos son los que manejan la información de los juegos.

Me ví el partido de principio a fin y tengo la autoridad suficiente de decir que Mariño hizo muy poco en el juego y que muchos del Cali tuvieron más responsabilidad en el resultado.