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Motorola, antaño casi sinónimo de teléfono móvil, lleva unos años un poco de capa caída, pero no ceja en su empeño de continuar ofreciendo terminales competitivos. En el caso que os vamos a comentar a continuación el terminal recibe el nombre temporal de X-Phone y se trata de un encargo por parte de Google (actual propietario, tras pagar 12.000 millones de dólares) aunque se están encontrando con algunos problemas para que el proyecto llegue a buen puerto.
Estamos hablando de un terminal que iría dirigido a la parte alta de la gama y por tanto debe hacer acopio de las prestaciones más exigentes disponibles, especialmente en lo referente a la cámara: mejora en el software, en la saturación de color y la capacidad de realizar capturas panorámicas, algo cada vez más de moda.
Pero como suele sucede cuando se trata de combinar tantas variables siempre hay alguna que falla, en este caso parece ser que el punto débil tenía que ver con la duración de la batería que sufría una severa hemorragia de electrones. Por otra parte algunas de esas funciones, como la de las fotografías panorámicas, ya están presentes en terminales contra los que compite, como el iPhone5.
Pero esto casi serían obstáculos menores ante uno que realmente podría representar una gran diferencia con respecto al resto de los terminales del mercado: el uso de una pantalla capaz de doblarse y el empleo de materiales como la cerámica, que lo harían mucho más resistente además de permitir la terminación en una amplia diversidad de colores o incluso la adopción de formas diferentes a las habituales.
El hecho de encontrarse estos obstáculos no parece, afortunadamente, una sentencia de muerte para este proyecto de terminal, cuyo desarrollo continúa adelante aunque tendremos que armarnos de paciencia para empezar a ver fotos espía y estas cosas. -[The Wall Street Journal]