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La orden hospitalaria San Juan de Dios fue galardonada este miércoles con el premio Princesa de Asturias de la Concordia por su labor humanitaria, incluso a costa de la propia vida de sus miembros, como en la reciente epidemia del ébola.
El jurado de estos galardones, considerados los premios Nobel iberoamericanos, decidieron concederle el premio a esta orden fundada en Granada en el siglo XVI "como reconocimiento a una ejemplar labor asistencial desarrollada a lo largo de cinco siglos".
"Presente en más de 50 países, se centra en los difíciles momentos que hoy vive el mundo, en cuestiones tan sensibles como la epidemia del ébola, las crisis migratorias y, en general, la protección de las personas más desfavorecidas y en riesgo de exclusión", explica el jurado en su acta.
El premio les llega después de un año muy complicado por la entidad, que combatió duramente contra el ébola en el África occidental. El precio a pagar fue caro: gran parte de su personal resultó contagiado y 18 miembros y colaboradores perdieron la vida.
Sus dos hospitales en la zona, en Lunsar (Sierra Leona) y Monrovia (Liberia), tuvieron que ser clausurados para desinfectarlos y ponerlos en cuarentena, pero "la orden persistió en el trabajo para la pronta reapertura de los dos centros", señala la Fundación Princesa de Asturias en un comunicado.
- Cinco siglos de cuidados hospitalarios -
Esta entidad católica fue fundada en Granada en 1539 por el enfermero portugués Juan Ciudad, que estableció el primer hospital dedicado a la atención de los enfermos pobres financiado con donaciones.
La orden se expandió rápidamente por España e Italia y a finales de ese siglo tenía más de cincuenta centros hospitalarios. En 1691, su fundador, conocido ya como Juan de Dios, fue canonizado por el papa Alejandro VIII y nombrado patrón de los hospitales y los enfermos.
Durante los siglos siguientes continuó expandiéndose, especialmente por las entonces colonias españolas en América, Europa y, en las últimas décadas, también por África, Asia y Oceanía.
Actualmente, cuenta con más de mil hermanos que junto a 55.000 profesionales prestan ayuda a inmigrantes, personas sin hogar, enfermos de sida o drogodependientes. "Su eficiencia asistencial se mantiene con la actualización constante de las estructuras y del impulso a la investigación y formación sanitaria y social", dijo la fundación.
El premio de la Concordia es el último de los ocho que cada año desde 1981 concede la Fundación Príncipe de Asturias, rebautizada ahora como Princesa de Asturias en honor a Leonor de Borbón, de 9 años, nueva heredera al trono de España tras la proclamación en 2014 de su padre, Felipe VI, como nuevo monarca.
Este galardón recayó el año pasado en la periodista congoleña Caddy Adzuba en reconocimiento a su lucha pacífica contra la violencia sexual que sufren las mujeres en su país. Anteriormente, se premió a otras oenegés como Médicos sin Fronteras o UNICEF.
Dotados con 50.000 euros (unos 56.000 dólares) y una escultura creada por Joan Miró, los premios Princesa de Asturias distinguen a personas o instituciones relevantes en ámbitos que van desde la investigación científica a los deportes pasando por las letras y las artes.
Los galardones de esta 35ª edición serán entregados en otoño en una ceremonia en Oviedo, sede de la fundación presidida por los reyes de España.