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La próxima exhumación en el Valle de los Caídos de los restos mortales de Francisco Franco abre un amplio abanico de posibilidades sobre dónde será enterrado. La más plausible es en la cripta que la familia Franco tiene en la Almudena. Con ello, la polémica está servida
La exhumación del dictador Francisco Franco, va a precipitar su entierro en la catedral de La Almudena, en caso de que, como es probable, haya unanimidad entre sus nietos para que sus restos descansen en una cripta dentro de la catedral.
La Iglesia Católica, propietaria del lugar de culto, va a procurar que su enterramiento sea en la estricta intimidad familiar, sin luces, ni focos, y mucho menos periodistas.
Las previsibles «peregrinaciones» de nostálgicos del franquismo se evitarán impidiendo el ingreso en la Catedral de símbolos políticos de cualquier tipo y limitando el acceso a grupos.
El Derecho Canónico impide que actué el gobierno
La posibilidad de que los restos de Franco descansen en La Almudena es enorme, en tanto en cuanto que la familia del dictador tiene en propiedad un cripta en la cual ya ha sido enterrada su hija, Carmen Franco.
Aprovechando de que el gobierno ha dejado vía libre a la familia del dictador para que entierren sus restos donde deseen, estos se han apresurado a elegir la cripta de La Almudena, como lugar de descanso de sus restos mortales.
De esta manera «cuelan un gol por la escuadra» tanto a la Conferencia Episcopal como al gobierno de Pedro Sánchez, ya que ninguno de los dos organismos pueden impedir que el cuerpo del que en su día fuese el Generalísimo se entierre en el centro de Madrid.
Gobierno e Iglesia se pasan la pelota
Tal como se ha indicado desde el gobierno, el ejecutivo de Pedro Sánchez es responsable solo de la inhumación del Valle de los Caídos, pero a partir de ahí será la familia del dictador, la que decida dónde quiere darle tierra.
El enterramiento, o no, en un lugar consagrado, como es la catedral de La Almudena, por lo que pone la pelota en el tejado de la Conferencia Episcopal.
El cardenal Osoro, el arzobispo de Madrid, aduce que la Iglesia Católica poco puede hacer porque la cripta es propiedad de los Franco, y que la Iglesia no puede obligar a la familia del dictador a que no entierre a su familiar en la catedral.
La cripta, en un lugar muy visible
La tumba, que fue comprada por 150.000 euros y donde ya se encuentra enterrada la hija de Francisco Franco, se encuentra muy próxima a la entrada, a mano izquierda, y en la misma hay «capacidad» para enterrar hasta seis cuerpos.
La cripta, «a perpetuidad», fue adquirida en 1987, y en la misma ya están enterrados Carmen Franco, la hija del líder del golpe de estado del año 1936, y el que fuese su marido, el marqués de Villaverde.
Además, el enterramiento del militar faccioso en La Almudena, lo sitúa muy cerca del Palacio de Oriente, dependencia en la que residió Franco durante los 40 años que duró su dictadura.
El «pataleo» de la familia de Franco, que ha desencadenado el posible enterramiento en La Almudena, es algo que incomoda por igual al Arzobispado como al gobierno de España.
La Iglesia Católica, «atada de pies y manos»
La jerarquía católica, en concreto el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez y el arzobispo de Madrid Carlos Osorio, fueron activos partícipes de permitir la exhumación de Franco de Cuelgamuros.
Al ser la Iglesia Católica una organización jerárquica, los dos religiosos evitaron que el abad de los Benedictinos que se encargan de la basílica del Valle de los Caídos, pudiese elevar ninguna queja, lo que va a permitir una exhumación rutinaria.
Enterrrarlo en La Almudena sería la peor de las opciones, dado que se crearía, en el centro de Madrid, un punto a recorrer por los nostálgicos del Régimen
Sin embargo, el enterramiento de Franco en La Almudena, la jerarquía de la Iglesia no puede hacer nada, dado que la cripta donde se procederá a su inhumación es propiedad de la familia Franco, y además «a perpetuidad».
Imposibilidad de acotar el acceso a la cripta
Además, por las características del templo, es imposible acotar el acceso a la cripta propiedad de la familia del dictador, ya que, como se aduce desde el arzobispado de Madrid, se trata de un templo con actividad parroquial.
La catedral de La Almudena tiene una afluencia de público de 800 fieles al día, que aportan de media un euro como donativo, y que pasan por esa zona de paso.
Los gestores de la catedral aducen también que, en caso de tratarse de una capilla, se podría restringir el acceso a la misma, pero al encontrarse en un «lugar de paso» eso es imposible, ya que no se puede restringir la entrada de visitantes al recinto.
Sin noticias de la familia
Desde la diócesis de Madrid, se informa de que la familia Franco todavía no se ha puesto en contacto con ellos para la inhumación del cadáver.
El arzobispo de Madrid, Carlos Osorio, que se encuentra en Roma participando en el Sínodo de la Juventud, tratará el asunto con la Secretaria de Estado del Vaticano, un dicasterio del Vaticano que sería el equivalente a un Ministerio de Asuntos Exteriores de un país.
También podría darse el caso de que el tema se tratase al más alto nivel, en la reunión que el cardenal Parolín, el Secretario de Estado del Vaticano, con la vicepresidenta Carmen Calvo, que se celebrará el próximo 29 de octubre.
Planteados diferentes escenarios
La Iglesia Católica se está planteando diferentes posibilidades para evitar el entierro de Francisco Franco en la cripta de La Almudena, y que evitarían un problema mayúsculo que se le podría plantear tanto a la Iglesia Católica como al Estado.
La más evidente es que surja el disenso entre los nietos del Franco, que son los que tienen que decidir dónde se entierra al que fuera Generalísimo.
Algunas fuentes especulan que alguno de sus siete nietos podría decidir evitar los conflictos y enterrar a Franco con Carmen Polo, su mujer, en el cementerio de El Pardo.
Sería en esa situación, falta de acuerdo unánime entre los descendientes de Franco, lo que permitiría que el gobierno «tomase las riendas» y decidiese donde enterrar al exjefe del Estado.
Si Franco es definitivamente enterrado en La Almudena
Sería la peor de las opciones, dado que se crearía, en el centro de Madrid, un punto a recorrer por los nostálgicos del Régimen, que tendrían a su líder en pleno centro de la capital de España, pudiendo peregrinar a La Almudena cada 20 – N.
En ese caso, la Iglesia Católica está dispuesta a obligar a sus herederos a que la ceremonia de «dar tierra» de los restos mortales de Franco, se realice en la intimidad y sin alharacas.
Además, exige el gobierno, la Iglesia Católica, que es la propietaria del templo, se tiene que comprometer a prohibir cualquier acto multitudinario que se pueda producir de exaltación a la figura del dictador, así como el uso de simbología franquista.
La seguridad fuera del templo
Es otra de las variables que preocupan de la posible inhumación de Franco en La Almudena, una competencia que es, en el exterior de la catedral, responsabilidad del Ayuntamiento de Madrid y del Ministerio del Interior.
Todos los expertos en derecho canónico consultados aducen que la Iglesia si puede impedir gritos como ¡Viva Franco! y otros de semejante jaez dentro de la catedral, pero difícilmente se puede hacer cargo de lo que suceda en las proximidades del lugar de culto.
La exhumación del dictador Francisco Franco, va a precipitar su entierro en la catedral de La Almudena, en caso de que, como es probable, haya unanimidad entre sus nietos para que sus restos descansen
Fuente - El Diario / Carlos Osoro en Wikipedia / Pietro Parolin en Wikipedia