Una serie de protestas esta semana afectaron las operaciones de la mina colombiana de carbón El Hatillo, de la brasileña Vale.

Los pobladores del pueblo de La Loma, en el norte de Colombia, acusan a la mina, que produce 4, 5 millones de toneladas al año, de contaminación ambiental y exigen que tome medidas para frenarla.

Vale no hizo comentarios sobre la situación. Las fuentes no precisaron la magnitud del impacto de las protestas en la producción.

Autobuses y otros vehículos fueron incendiados cerca de la mina de Vale, un policía fue asesinado y el Ejército fue enviado para controlar las protestas que comenzaron esta semana y que si bien han amainado, podrían continuar, según reportes.

Las carreteras bloqueadas también son utilizadas por las firmas Drummond y Prodeco, una unidad de Glencore, cuyas minas están más lejos del pueblo de La Loma, aseguraron fuentes del sector.

‘Las manifestaciones están en una tensa calma, pero continúan, se van a reorganizar y van a continuar hasta que (las empresas) cumplan con los compromisos’, dijo a Reuters Orlando Cuello, un alto directivo del sindicato Sintracarbón.

El dirigente sindical afirmó que también hubo protestas contra las minas de Drummond y Prodeco, en la misma región del departamento del Cesar, al norte del país.

Adicionalmente, hubo protestas separadas en los pueblos de Plan Bonito, Boquerón y El Hatillo, en donde las compañías Vale, CNR (filial de Goldman Sachs), Drummond y Prodeco, tienen la obligación trasladar a sus habitantes a tres pueblos más pequeños, de acuerdo con fuentes de la industria.

Vale espera llegar este mes a un acuerdo para vender la mina El Hatillo. Goldman Sachs es favorita para comprar la mina, el acceso a un ferrocarril y a un puerto sobre el Mar Caribe, de acuerdo con fuentes de la industria carbonera.