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Cuando un grupo de ciudadanos integrado principalmente por mujeres y adultos mayores se puso al frente de la resistencia por la protección del medio ambiente en la localidad de Marsella, en la capital colombiana Bogotá, la respuesta del Estado fue a través de la fuerza
Foto Twitter
Así viene ocurriendo desde principios del mes de febrero, cuando los vecinos se levantaron contra la construcción de un colegio en el Parque La Paz, que es el pulmón verde de la localidad, afectando la flora y especies animales en riesgo como la serpiente sabanera.
No obstante, la tala en el parque ya ha comenzado, ocasionando también severos daños en las construcciones aledañas. Esto ha provocado que mujeres manifestantes se encadenen en los árboles que siguen en pie, por lo que han sido reprimidas por los Escuadrones Móviles Antidisturbios (ESMAD) de la Policía Nacional.
«No estamos en contra de la educación», aclara una de las manifestantes, Luan González, una vecina del sector que es médica salubrista y candidata a doctora de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. «Tenemos, a menos de 3 o 4 cuadras, instituciones educativas que aún tienen cupos y que no han podido completar con estudiantes, por lo que sus jornadas académicas corren riesgo de cierre», agrega.