El cooperativismo desde su inicio intenta poner al hombre en contacto con su interior y desde allí ayudarle a superarse día a día hasta que alcance un elevado nivel de conocimiento social e individual que le permita actuar libremente y sin dañar a su prójimo.

El cooperativismo como una corriente filosófica que busca crear una moral eficiente y real que garantice el bienestar a todos en un mundo global debe iniciarse su practica desde el hogar de cada socio, delegados y dirigentes así como de los políticos y de la sociedad civil.  Porque si cambiamos en nuestras casas primero, mejoraremos nuestros hábitos y así mejoraremos nuestro país y mañana el mundo entero, debemos construir pensamientos originales. La educación en el cooperativismo es una herramienta fundamental para aprender a respetarse y respetar a los demás, para lograr ser seres pensantes y responsables de nuestros actos sociales y empresariales en la dirección de las cooperativas. Ya no es suficiente hablar de países ricos y países pobres; sino de pueblos informados y sub-desarrollados cerebrales.

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