Julián y Alejandro, los The Joys of garden. (TELECINCO)

Si vierais mi cara al ver ese vídeo... No, aún no hablo de la puñalada, si no de los lloros de la concejala...

Sería la misma cara que pondría si en un parque público me encontrara a Mariano Rajoy comiéndole la boca a Pablo Iglesias mientras le dice te quiero y Harry Potter hace que caigan pétalos de rosa del cielo sobre ellos.

Sí, Carmen López, la concejal de Ciudadanos se ha puesto a llorar y ha ido a contárselo al Súper porque ha visto una escoba. En realidad estaba enseñando un chisme para limpiar las ventanas, pero en fin.

"Me he emocionado al ver una escoba porque es la misma que tengo en casa, el mismo modelo", ha dicho entre lágrimas. De todo esto podemos deducir dos cosas:

1.- Es más pija que cagar y limpiarse el culo con orquídeas.

2.- Tiene una escoba chula. Yo veo la mía que es más fea que un pie y está llena de putas pelusas fusionadas a nivel molecular con las puñeteras cerdas del cepillo y me dan ganas de llorar, pero de lo fea que es. Es como si hubiera muerto un ewok empalado. Lloras.

En cualquier caso ya estamos con las mierdas de echar de menos a la familia. Vamos a ver, que llevan en la casa unos días, que no están en la guerra. Que montaron menos pollo Humphrey Bogart e Ingrid Bergman al final de Casablanca. Aunque claro, Bogart se consolaba con su amiguito el gendarme... en fin.

Que se montan unas lloreras de deshidratarse y no mear en una semana. Esta gente se va al Niágara a llorar y los japoneses les hacen fotos a ellos. Hasta barcos con turistas podrían tener por la cara. Que llorones son, madre del amor hermoso.

El caso es que la Ciudadana Kainmen es una de las más queridas en la casa. Eso si "querida" significara que la odian más que lavar el coche y que llueva. De hecho, tuvo bronca con Rappel, que debe tener las auras ennegrecidas o algo, porque tiene una mala hostia que echa las cartas del Tarot y le sale en todas la muerte haciendo un corte de mangas.

Yo veo a un señor así en el parque y llamo a una ambulancia. (TELECINCO)

"La loca esa" es como Rappel, que ha estudiado psiquiatría a saco en un curso por fascículos (el prozac venía en la primera entrega) llama a Carmen López. Ella intentó hablar con el vidente (ve lo mismo que mis testículos enterrados en la playa), pero Rappel le dijo: "No quiero hablar contigo. Te deseo que te vaya la vida muy feliz pero no te voy a dirigir la palabra".

A tomar por saco. Y no le clavó una estaca de madera en el corazón porque se le mancha la túnica de fantasía esa que tiene, que se viste y parece que se está disfrazando de esfera celeste de los chinos.

Total, que junto a Carmen otro de los que van a tener en las nominaciones más puntos que un país de Europa del Este en Eurovisión, es Carlos Lozano. No se ha dejado ni un solo compañero por ofender. Creo que le tiene manía hasta Mahatma Gandhi, que el día menos pensado le ven asomar las manos por encima de la tumba y salir a lo Walking Dead para poder nominar a Lozano.

Lozano es capaz de tragar más alcohol que la alcantarilla de la fábrica de Bayer, pero no es tonto. Así que se ha dedicado a ir por la casa pidiendo perdón a diestro y siniestro. Es una ametralladora de disculpas. Ha pedido perdón hasta por la extinción de los dinosaurios y por la muerte de Kennedy.

Y luego está Alejandro Nieto. Tiene aires de necesitar ayuda para atarse los zapatos, pero me da la sensación de que es más malo que lavarse las partes nobles con cal viva.

Estaba el bueno de Julián Contreras, haciendo comentarios semigraciosos intentando demostrar que está vivo cuando dijo algo así como: "El dinero no da la felicidad, pero ayuda a comprarla".

Y el Míster España, que debería ser el Míster Metepata le respondió: "¿Tú prefieres el dinero o tener a tu madre?".

Para los que no lo sepáis, la madre de Julián era Carmina Ordóñez, muerta en circunstancias escabrosas hace años.

Y el mojón de oro al más capullo es para... ¡EL NIÑO GUAPERAS TONTO COMO LAS PERAS!

Claro, el resto de los presentes se quedaron tiesos como si tuvieran el modelo de escoba de Carmen López metido por donde amargan los pepinos y se le echaron encima, por lo que el modelo tuvo que pedir perdón.

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