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Basándonos en todos los hechos históricos que prueban que la Navidad es una fiesta pagana de lineamientos astrológicos. Especialmente, fundamentándonos en las claras advertencias bíblicas contra el uso de prácticas paganas en la adoración del verdadero Dios, podemos concluir que nuestro Mesías, Yeshúa, no guardaría la Navidad hoy en día. De hecho, la Navidad es una ofensa para él.
El Eterno Dios pronunció en el Antiguo Pacto una maldición sobre Israel por observar fiestas paganas:
"He aquí, yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados juntamente con él"
(Malaquías 2:3)
Él mismo asegura que dañará toda siembre que realice aquella persona que celebre prácticas anti-Dios. Yahvéh asegura que demandara la inmundicia con la que manchan Su nombre y propósito eterno. No existe ningún indicio en las Escrituras de que el Eterno Dios sienta algo distinto ahora acerca de fiestas paganas que supuestamente lo honran.
HaSatán (Satanás), el gran engañador (Apocalipsis 12:9), ha embaucado a la humanidad con sus fiestas paganas. Él no las muestra como son en realidad, lo que el apóstol Pablo describió como hacerse "partícipes con los demonios" (1Corintios 10:20). Pablo, y las primeras comunidades del Mesías, sabían que Satanás "se disfraza como ángel de luz" (2 Corintios 11:14). Les guste o no aceptarlo a la humanidad, el diablo es "el dios de este siglo" (2 Corintios 4:4), y como tal, ejerce gran influencia en la humanidad. Siempre ha falsificado la verdad de Dios, y en este caso ha sustituido las auténticas fiestas bíblicas con sus falsas fiestas religiosas.
Quiero concluir con once razones por las cuales un verdadero hijo del Eterno Dios no celebra la Navidad:
Los árboles navideños, las guirnaldas y el Papá Noel o Santa Claus no honran a Jesús; pues representan y honran a personajes paganos que antecedieron a Jesús por cientos de años.
Jesús no nació el 25 de diciembre, y si estuviera en la Tierra hoy, no celebraría la Navidad. Es más, censuraría a cualquiera que la observara. La Navidad es ofensiva para el Eterno Dios porque ciega a la humanidad impidiéndole verlo a Él y a Su Verdad, la Torah (Instrucción) en la mente y el corazón del hombre.