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En los últimos tiempos el PP no se sabe que ficha mover y Rajoy se inclina por la reapertura de Garoña y además pretende instalar en la central un almacén de residuos nucleares lo cual no es su especialidad pues el cementerio nuclear de Cuenca no tiene ni flores
La central nuclear de Garoña es un clásico de las campañas electorales en el territorio alavés, y muy especialmente después de los comicios 20-D. Ya en la legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero lo más político para el PSOE era avanzar hacia la clausura definitiva de la planta, que era lo que la gente querías.
Pero en los últimos tiempos el PP no se sabe que ficha mover y Rajoy se inclina por contemplar la reapertura, y además pretende instalar en la central un almacén de residuos nucleares lo cual no es su especialidad pues el cementerio nuclear de Cuenca no tiene ni flores.
Recientemente el secretario de Organización del PSOE, César Luena, visitó Gasteiz con motivo de la presentación de los candidatos socialistas alaveses al Congreso y al Senado, y prometió que con Pedro Sánchez como presidente del Gobierno en La Moncloa, la central nuclear “ni se reabrirá ni se convertirá en almacén de residuos nucleares”. Se supone que eso significa el cierre, pero nadie está tan seguro en Euskal Herria.
Luena recordó que el Gobierno de Mariano Rajoy ha emitido una Declaración de Impacto Ambiental “favorable” al proyecto para construir el citado almacén de desechos radiactivos, y por ello subrayó la importancia de que el PSOE consiga la presidencia tras el devaneo de los políticos y el rey. Si Pedro Sánchez se impone se evitará la vuelta a la actividad de la planta burgalesa, ubicada a apenas cuarenta kilómetros en línea recta de Vitoria.
Por su parte, la secretaria general del PSE alavés, Cristina González, denunció que en la actual legislatura “Álava ha sido maltratada con dureza” y el PP se “ha ensañado” con el territorio al “quitarle su capacidad logística” con el importante cierre parcial del aeropuerto de Foronda, el llevar al Tren de Alta Velocidad a una “vía muerta” y la “amenaza” de reabrir Garoña. Para Cristina, cuantos más alaveses(nefastos) del PP hay en cargos de responsabilidad, -entre los que citó a Alfonso Alonso, Javier Maroto y a Iñaki Oyarzábal- “peor le va Álava”. Por ello, defendió que el territorio necesita un “nuevo rumbo”, que no esté “ni en manos de recortadores ni en la de sus sucedáneos”.
En ese sentido se pronunció también la cabeza de lista al Senado por Álava del PSE, Julia Liberal, quien lamentó que el Partido Popular haya “arrasado” con el territorio, llevando a cabo no solo “recortes”, mientras que el cabeza de lista al Congreso, Javier Lasarte, criticó la “herencia” del PP, que “intenta reabrir Garoña, sin importarles el riesgo que supone para la salud y seguridad de los alaveses”.
- El PP ha estado también muy presente en el discurso del cabeza de lista del PNV al Congreso por Araba, Mikel Legarda; no en vano el territorio ha compartido color político con La Moncloa en la última legislatura. “Hemos tenido tiempo (cuatro años bastan) para conocer al auténtico PP, el del rodillo y la imposición, de la recentralización y el recorte, de las subidas de impuestos y el copago”, denunció Legarda. “Por sus hechos les conoceréis”, continuó bajando al territorio alavés: “El PP reabre Garoña, cierra Foronda y no escucha a Trebiño”.
Es el resumen con el que el aspirante jeltzale argumentó la necesidad de contar con un grupo fuerte en el Congreso, en un mitin en el que, obviamente, Araba y sus instituciones estuvieron muy presentes, tras el cambio de manos en mayo del PP al PNV. Y Andoni Ortuzar no dejó pasar la ocasión, no solo para criticar “la herencia que nos ha dejado el PP en el Ayuntamiento, sino su estrategia deleznable de cuanto peor, mejor”.
Ortuzar acusó al PP de “tratar de impedir” que el Gobierno Vasco colabore con el Ayuntamiento de Gasteiz en el proyecto de ampliación del tranvía e implantación del BRT, que supondría su financiación al 65% por parte de Lakua, recordó para concluir: “Quieren volver a la poltrona a costa del perjuicio de todos los gasteiztarras”.
Greenpeace a Industria que mantenga el cierre de Garoña con el lema Garoña, ¡cierre ya!. Nucleares, No.
En 2009 se alcanzó un hito en la lucha contra la energía nuclear en España: la orden de cese definitivo de la explotación de la central nuclear de Santa María de Garoña, ratificada por la Audiencia Nacional. Tres años después, solo han cambiado dos cosas o sea todo. Por un lado, se ha producido el terrible accidente nuclear de Fukushima en Japón, con consecuencias que duran todavía, lo que demuestra el peligro permanente de este tipo de energía.
También ha cambiado el Gobierno español. Este, sin contar con la participación pública, ni el interés de los ciudadanos, malinterpretando las leyes, y tergiversando la información en materia energética, económica y jurídica, ha revocado esta orden de cierre. Una vez más, el Ejecutivo atiende únicamente los intereses de sus amos: Iberdrola y Endesa.
¿Y tus intereses? Todos tienen derecho a opinar. Tras el envío de alegaciones al proyecto de revocación del cierre de Garoña al Ministerio de Industria, secundado por la firma de 11.857 personas, se está preparando un recurso contra esta revocación. Mientras tanto, el lema sigue en pie ¡Todos los vascos unidos frente al movimiento antinuclear!
Esta ciberacción está cerrada. La decisión tomada hace tres años de cerrar la centra nuclear de Garoña está en peligro. ¡Ayudar a evitarlo es tarea de todos! Con Greenpeace a la cabeza, se está preparando un recurso para mantener la orden de cierre de Garoña. Mientras tanto, que nadie se corte, ¡ todos unidos con el movimiento antinuclear!
El Sr. Soria se escuda más bien en los intereses económicos de las eléctricas
Industria no ha tenido en cuenta la opinión de la gente. Sin embargo, hay muchos motivos por los que garantizar el cierre de la central nuclear de Garoña es necesario para todos:
-Va en contra de la defensa de una política energética inteligente, eficiente y 100% renovable.
-El proyecto oficial perpetúa la dependencia energética de España.
-No garantiza la seguridad de suministro, ya que apenas aporta un 1% al sistema eléctrico.
-Garoña recibe la misma retribución que otras energías, por lo que no ayuda a compensar el déficit tarifario.
-El desmantelamiento aumentaría los empleos directos y reactivaría la economía, sobre la cual existen ayudas estatales.
El ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, considera todavía un lujo prescindir de la energía nuclear, ya sea de la planta de Garoña como de cualquier otra. En la inauguración de la feria de turismo FITUR, el ministro reiteró que Garoña seguirá abierta si cumple con los requisitos e inversiones que pueda establecer el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).
El CSN, máximo organismo regulador en materia de seguridad nuclear, aplazó sin fecha distintos asuntos relacionados con Garoña que tenía previstos tratar en la última reunión ordinaria de su Pleno.
Soria, que ha recordado que la fuente nuclear generó el 21% de la electricidad en el país durante 2015 (inexacto totalmente), opina que España no se puede permitir "determinados lujos y uno de ellos desde luego es prescindir de la generación de energía nuclear". En consecuencia, tanto en el caso de Garoña como en el de cualquier otra nuclear en España "permanecerá abierta o no en función de que cumplan o no los requisitos y las inversiones que establezca el Consejo de Seguridad Nuclear".
Garoña como excusa y Endesa también se apoya en la experiencia de la central de Garoña, que controla a partes iguales con Iberdrola, para justificar que vea más que probable la ampliación de la vida útil de sus centrales hasta los 50 años. Garoña, que las compañías cerraron unilateralmente en 2012 pero ahora buscan reabrir hasta 2031 (cuando la planta cumpliría 60 años), se convierte en argumento para ampliar la previsión del tiempo de funcionamiento de sus otras centrales.
- Alegaciones de Greenpeace, sobre el Proyecto de reapertura.
1. La Central Nuclear de Garoña empezó a funcionar en 1971 y nunca ha tenido permiso para funcionar 40 años. En 2009 solicitó un nuevo permiso de explotación provisional para funcionar otros 10 años más, nuevamente prorrogables, pero el Gobierno Zapatero acordó darle un último permiso de 4 años, decretando el cese definitivo de la su explotación el 9 de julio de 2013. A primeros de enero de 2012 el Consejo de Ministros solicitó un informe al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) sobre la continuidad del funcionamiento de la planta. El Gobierno español estableció la no prolongación del funcionamiento de la Central Nuclear de Garoña más allá de 2013. Pero voces discordantes la mantienen.
2. Un accidente grave podría afectar la salud de los habitantes de el Eje del Ebro. La Central Nuclear de Garoña es gemela de una de las tres que sufrieron la fusión del núcleo en Fukushima, está situada en cabecera del Río Ebro, unos 50 km en línea recta aguas abajo del embalse de el Ebro (que le proporciona caudal de agua de unos 700 hectómetros cúbicos al año por refrigeración). La central está situada encima de Miranda de Ebro (Burgos), a una distancia en línea de recta de unos 25 km, y a unos 50 km de Vitoria (País Vasco, que está celebrando el título de Capital Europea Verde en 2012).
Miranda de Ebro con unos 40.000 habitantes, y Vitoria con unos 160.000 habitantes, serían las áreas urbanas más inmediato expuestas a un accidente nuclear. Desde del Embalse de Ulibarri (Vitoria) se trasvasa el agua de la Cuenca de Ebro para el abastecimiento del Gran Bilbao. Vizcaya, con más de un millón de habitantes, está a poco más de 100 km en línea recta al norte de la Central Nuclear de Garoña.
Un accidente grave en Garoña, por la pérdida de refrigerante ( punto débil y no muy bien atendido de la central), como el que se produjo en tres de los seis reactores de Fukushima, podría ocurrir a raíz de una explosión de hidrógeno (como también sucedió en la central de Three Mile Island). La reacción del zircaloy, aleación que rodea las vainas del combustible, con el vapor de agua produciría óxido de circonio e hidrógeno, que en contacto con el oxígeno provocaría la deflagración y en consecuencia la fusión del núcleo (el temible “Meltdown”). La catástrofe sería inevitable (la documentación sobre el circonio se puede encontrar en el capítulo “Zirconium connection” del ensayo de Santiago Vilanova “Fukushima, el declive nuclear”). Las radiaciones en la atmósfera, depositándose sobre el suelo, afectan la salud de las poblaciones de territorios más cercanos. Los radionucleidos que afectan al agua del Ebro pueden tener no sólo efecto sobre la salud, sino sobre la economía del Eje del Ebro.
3. Un accidente de nivel siete, con fusión del núcleo en la Central de Garoña, podría tener efectos catastróficos para toda la agricultura y la agroindustria del Eje del Ebro. Afectaría desigualmente las comunidades autónomas de La Rioja, sur de Navarra y Eje del Ebro en Aragón hasta Cataluña. La radiación de las fugas de agua de Garoña al Río Ebro afectarían unas 100.000 hectáreas de riego a través de los Canales de Lodosa, Canal Imperial, Canal de Tauste y acequias derivadas del río, así como bombeos desde el Ebro a ambas márgenes. Estas 100.000 hectáreas de regadío que actualmente tienen un valor económico de unos 4.000 millones de euros, si fueran contaminadas por agua radiactiva podían dejar de producir, ya que los alimentos con contaminación radiactiva no tendrían mercado. Se podrían perder unos 20.000 puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos en explotaciones agrícolas, unas 500 Grajas, unas 300 empresas agroalimentarias, incluida la Ciudad Agroalimentaria de Tudela, etc.
Aguas abajo del Ebro nos encontramos con Logroño y La Rioja (con unos 300.000 habitantes), Tudela y la Ribera de Navarra del Ebro (con unos 140.000 habitantes), y Zaragoza y su entorno (con unos 850.000 habitantes). En el Eje del Ebro, entre Tudela y Caspe (Embalse de Mequinenza), podrían ser afectadas aguas abajo de Garoña un millón y medio de personas, parte de las cuales reciben agua en sus domicilios de los abastecimientos urbanos afectados por la central nuclear. En caso de accidente mayor o grave (niveles 6 y 7) de Garoña habría un efecto de radiaciones emitidas a la atmósfera que se dispersarían en función de los vientos dominantes durante días o semanas, y que convierte en potencialmente más afectados en las poblaciones y territorios más cercanos (Miranda de Ebro, Vitoria, Bilbao, y en menor medida LogrTudela y Zaragoza).
Probablemente la mayor catástrofe económica y gastronómica la sufriría el sector agroalimentario: adiós al vino de la Rioja, adiós a las hortalizas de Navarra, adiós a la carne ya las frutas de Aragón en el Eje del Ebro, adiós al arroz y hortalizas del delta del Ebro.