por Gabriel Rumor

Una granja en las cercanías de Leeds, al norte de Inglaterra, ardió hace pocos días a resultas de la combustión generada por un podómetro conectado a uno de los cerdos, que tras engullirlo, lo excretó en el pajar del establecimiento.

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Cerditos rebeldes

Bomberos de la localidad de Bramham en North Yorkshire acudieron de emergencia para sofocar las llamas de lo que el anodino parte oficial presentó como un accidente absolutamente fortuito, cuando el cobre de la bateria se inflamó al rozar el suelo cubierto de paja y deyecciones. Pero queda margen para especular si acaso no mediaron en el hecho circunstancias más originales; incluso novelescas.

Extinción del siniestro " data-medium-file="https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Extinción-del-siniestro.jpg?fit=300%2C180&ssl=1" data-large-file="https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Extinción-del-siniestro.jpg?fit=640%2C384&ssl=1" class="size-full wp-image-12682" src="https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Extinción-del-siniestro.jpg?resize=640%2C384&ssl=1" alt="Extinción del siniestro" width="640" height="384" srcset="https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Extinción-del-siniestro.jpg?w=640&ssl=1 640w, https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Extinción-del-siniestro.jpg?resize=300%2C180&ssl=1 300w" sizes="(max-width: 640px) 100vw, 640px" data-recalc-dims="1" />

Extinción del siniestro

Porque proverbial es la inteligencia de estos gustosos vertebrados, que hasta servían de brújula a los navegantes griegos en sus andanzas por el Mediterráneo y a quienes, en un libro ya antológico, George Orwell coloca en la conducción del gobierno de la granja donde uno, en particular, Napoleón, llega a consolidarse como un dictador al más clásico estilo soviético.

Según el National Geographic, se trata de un bicho curioso e intuitivo, con una inteligencia superior a la de un niño de tres años de edad y, por añadidura, cuando vive fuera del ambiente industrial, sociable y jueguetón, capaz de distraerse con videojuegos y con una vida social más compleja aún que los primates

Cerda con sus cerditos " data-medium-file="https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Cerda-con-sus-cerditos.jpg?fit=300%2C218&ssl=1" data-large-file="https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Cerda-con-sus-cerditos.jpg?fit=640%2C465&ssl=1" class="size-full wp-image-12684" src="https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Cerda-con-sus-cerditos.jpg?resize=640%2C465&ssl=1" alt="Cerda con sus cerditos" width="640" height="465" srcset="https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Cerda-con-sus-cerditos.jpg?w=640&ssl=1 640w, https://i0.wp.com/tuplanetavital.org/wp-content/uploads/2020/03/1-Cerda-con-sus-cerditos.jpg?resize=300%2C218&ssl=1 300w" sizes="(max-width: 640px) 100vw, 640px" data-recalc-dims="1" />

Cerda con sus cerditos

Lícito, entonces, es imaginar que, junto al hastío de un encierro sin más horizonte que el matadero, tenía que resultar agobiante al líder de la piara el cargar a cuestas también un medidor de sus pasos, con el evidente propósito de limitarlos si una excesiva movilidad llegase a reducir el peso del animal y, naturalmente, su valor en el mercado de la charcutería.

¿Qué muestra más radical de rebeldía, entonces, que destruir el engorroso aparato? Sin imaginar, no obstante, que su expulsión al final del natural proceso digestivo, provocaría tan espectacular conflagración y, desde luego, los quince minutos de fama que para la comunidad porcina de Leeds representó la cobertura del siniesto en los medios británicos, hartos ya de la marranada del Brexit...

Varsovia Marzo 2020.