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Pekín estaba este martes en "alerta naranja" por tercer día consecutivo debido a una contaminación récord en el norte de China, recubierto de una niebla más opaca que la víspera.
La contaminación persistía a pesar del cierre temporal de miles de fábricas en aras de hacer disminuir la contaminación más severa del año.
Hacia el mediodía, se veía en Pekín una luz crepuscular debido a una espesa capa de niebla que limitaba la visibilidad a unas centenas de metros.
En la calle, se veía a muchas personas con mascarillas anticontaminación.
El índice del nivel de contaminación de la embajada de Estados Unidos en Pekín, que sirve generalmente de referencia, indicaba a las 13H00 locales una densidad de 621 partículas finas por metro cúbico de aire, más de 24 veces el tope máximo (25) fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta contaminación récord coincide con la conferencia de París sobre el clima COP21, en la cual el presidente chino, Xi Jinping, pronunció un discurso pidiendo que los países ricos "estén a la altura de sus compromisos", en particular financieros, para ayudar a los países en desarrollo a luchar contra el calentamiento climático.
Dichas partículas penetran en los pulmones y causan cientos de miles de muertes prematuras en China cada año.
Ante esta situación, las autoridades ordenaron el cierre de 2.100 fábricas altamente contaminantes y la paralización de construcciones y recomendaron a la población que se quede en su casa.
La circulación de coches, en cambio, seguía como de costumbre, salvo los camiones, que tenían prohibido circular.
Además, se anularon unos 30 vuelos, al igual que los trayectos interurbanos en autocar.