¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Redacción Sociedad escriba una noticia?
Una delegación de combatientes kurdos de Irak llegó este jueves a pocos kilómetros de Kobane para negociar su entrada desde la frontera turca a esta ciudad kurdosiria asediada por los yihadistas.
Los peshmergas, fuertemente armados, se encuentran en Suruç, a una decena de kilómetros de la frontera siria y bajo la estricta vigilancia de las fuerzas de seguridad turcas, según un fotógrafo de la AFP.
La prensa turca cifró en unos 150 combatientes kurdos de Irak, los que vinieron a apoyar a las milicias kurdosirias de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), que defienden la ciudad desde hace seis semanas de los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI).
Diez peshmergas han negociado durante varias horas en Kobane con las milicias del YPG las modalidades de entrada de hombres y armas en la ciudad, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) y la agencia de noticias prokurda Firat.
Los yihadistas, que intentan apoderarse de los barrios del norte de la ciudad con el objetivo de aislarla de Turquía, bombardearon violentamente este sector.
El presidente de la región autónoma del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, explicó que los kurdos de Kobane le "habían dicho que no necesitaban tropas de combate de los peshmergas" sino más bien "fuerzas de apoyo".
- Violación flagrante -
Los combatientes del Ejército Sirio Libre (ESL), que luchan contra el régimen del presidente sirio, Bashar al Asad, ya entraron en Kobane, si bien se desconoce el número exacto de efectivos.
El jefe de una unidad del ESL dijo desde Estambul, que "cerca de 400" hombres están en Kobane, mientras que otras fuentes hablan de entre 50 y 150 soldados.
El paso de estos refuerzos, autorizado por una Turquía presionada por Estados Unidos, suscitó la cólera de Damasco, que denunció "una violación flagrante de la soberanía siria", tras acusar durante mucho tiempo a Ankara de apoyar a los rebeldes y a los yihadistas que quieren derrocarlo.
El grupo yihadista combate desde 2013 en varios frentes en Siria, devastada desde hace tres años por una guerra civil. El EI lucha a su vez contra el régimen y contra los rebeldes "moderados".
Como muestra de este conflicto complejo, el secretario de Defensa norteamericano dijo que "Asad podría beneficiarse" de la ofensiva aérea lanzada por Washington apoyada por una coalición internacional contra los yihadistas del EI en Siria e Irak. No obstante, Estados Unidos continuará pidiendo la salida de Asad, aseguró Chuck Hagel.
En la provincia de Homs (centro), el EI se hizo con el control de un campo de gas, tras tres días de violentos combates con las fuerzas del régimen, según el OSDH.
El EI, según Washington, es la "organización terrorista mejor financiada" del mundo, especialmente, gracias a los pozos de petróleo y de gas bajo su control.
Los más de tres años de guerra en Siria han dejado también un país devastado. En este sentido, el enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, propuso la creación de zonas de alto el fuego para permitir la distribución de ayuda humanitaria.
En el vecino Irak, cientos de soldados iraquíes y combatientes progubernamentales continuaban sus preparativos para lanzar un asalto contra la estratégica ciudad de Baiji, controlada por el EI, donde se encuentra la principal refinería del país, según oficiales.
El Pentágono aseguró este jueves que consejeros militares estadounidenses son "necesarios" en esta provincia, a condición de que Bagdad entregue armas a las tribus sunitas.
Noruega anunció, por su parte, el envío de 120 soldados a Bagdad y Erbil, capital del Kurdistán iraquí (norte), para formar a las tropas del país.
El EI, acusado de limpieza étnica y de crímenes contra la humanidad por la ONU, aprovechó la guerra civil en Siria, la inestabilidad política y la falta de seguridad en Irak, para apoderarse de grandes territorios en ambos países.