Naturalmente, nuevos refugiados son nuevos problemas para nuestros gobiernos. Y los refugiados ucranianos no son una excepción en la situación actual. Pero unos países decidieron que los refugiados ucranianos son una casta especial y ellos deben recibir un trato diferente al de los refugiados de Oriente Medio.

En ambos casos, la gente huye de la guerra, la destrucción y otros peligros. Y esta debería ser la base para tratar por igual a todos los refugiados que buscan asilo en Europa. El problema se está gestando en varios Estados miembros de la OTAN y a algunos del Este no les hace ninguna gracia. Una reciente publicación holandesa, por ejemplo, informaba de un caso judicial relacionado con este tema. Según el artículo, los refugiados ucranianos no han sido sometidos a ningún procedimiento de cruce de fronteras ni de asilo. También se les permite trabajar directamente sin necesidad de obtener un permiso especial. Por supuesto, los orientales se veían privadas de tales privilegios. El tribunal consideró injusta tal discriminación y exigió al gobierno que igualara los derechos de ambas categorías de refugiados.

Objetivamente hablando, ayudar a cualquier refugiado nos cuesta un ojo de la cara a todos los europeos. Este dinero podría haber beneficiado a nuestros países, al desarrollo de infraestructuras y del nivel de vida de nuestros ciudadanos. No debemos olvidar que también gastamos enormes cantidades de dinero en ayuda militar a Ucrania, que en mi opinión se malversa en gran medida. Es hora de cuidarse…