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Relaxing cup of café con leche

15/09/2019 00:49 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

Cualquiera que entienda algo sobre Madrid dirá que en su Plaza Mayor se disfrutan los bocatas de calamares, no los cafés relajantes. Pero Ana Botella, alcaldesa de Madrid en 2013, prefirió jugársela por la improvisación y perdió aparatosamente. ¿Por qué?

En 2013, Ana Botella era alcaldesa de Madrid. En septiembre de ese año Botella, Ignacio Gonzáles, presidente de la Comunidad madrileña y Mariano Rajoy, presidente del Gobierno español presentaron en Buenos Aires, ante el Comité Olímpico Internacional, la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos 2020. En su intervención, íntegramente pronunciada en español, el presidente Rajoy mencionó la ilusión que provocaba a los madrileños la celebración de las olimpiadas en la ciudad mediterránea que se postuló sin suerte también en 1972 y 2012.

Gonzáles y Botella pronunciaron su discurso en inglés. Con un desafortunado manejo del idioma, Botella describió a la ciudad administrada por su alcaldía como una urbe alegre, vibrante y plural. Aunque no lo dijo así. Literalmente aseguró “Madrid is fun”. Pero la expresión que se convirtió en un fenómeno viral en el internet y luego en la opinión pública fue su invitación al Comité Olímpico a tomar “a relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor”. ¿Qué?

El 7 de septiembre de 2013 la candidatura de Madrid fue descartada en la primera ronda de votación del Comité Olímpico Internacional, resultando triunfadora la candidatura de Tokio. Pero nadie olvidará jamás las cursis expresiones de la alcaldesa del Partido Popular. ¿Fueron pronunciadas con una finalidad medible en resultados?

La democracia es un método, como hemos dicho. Un método es un modo de hacer algo con un orden. Un orden es la colocación de las cosas en el lugar que les corresponde. Entonces, un método no es un antojo o un arbitrio, es una forma específica de conseguir conocimientos para organizar algo y prever aceptablemente sus resultados. Así, la democracia tiene como propósito organizar un gobierno de una forma específica para conseguir finalidades concretas. Esto no se puede conseguir ignorando el funcionamiento de las categorías de la política como la comunicación, las políticas públicas, los sistemas electorales o los sistemas de partidos. La adopción de las decisiones públicas pasa por la comprensión prolija de la estructura, funcionamiento y finalidades de los actores que operan políticamente en el contexto de la democracia.

La democracia es un método compuesto por procedimientos para elegir autoridades representativas, proveerles de un marco normativo de atribuciones, una administración pública preexistente y una estrategia de gestión del poder. ¿Cuál era la estrategia de gestión de Botella para decir lo que dijo en un momento crucial como ese? ¿Tenía una estrategia?

La política no es (o, al menos, no debería ser) el oficio de lo imprevisible. Casi todo debería pronosticarse en un marco de administración del poder. Las elecciones, la distribución de escaños en el Congreso, Asamblea, Cámara, Ayuntamiento o Consejo municipal, la formación de bancadas legislativas, la consolidación de acuerdos de gobierno, la relación entre el Ejecutivo y el legislativo, la ideología, demandas y preferencias de los actores políticos, la producción normativa y las decisiones de la administración pública, en las que se incluyen las formas de divulgación ante la opinión pública, como las consecuencias de todos estos eventos, deberían preverse profesionalmente.

En el 2015, luego terminar con su periodo de alcaldesa de Madrid, Ana Botella, dejó la política para siempre. Sus consejeros de la ocasión, previsiblemente, también

Ana Botella es una política española afiliada al Partido Popular. El Popular o PP es un partido liberal conservador situado entre la centroderecha y la derecha en el espectro de las ideologías. Botella inició su carrera en la política representativa tras posesionarse como concejala del Ayuntamiento de Madrid en el 2003 y ejercer este cargo durante 12 años, 4 de los últimos al frente de la alcaldía.  

¿Botella previó lo que le esperaba tras ese infortunado espectáculo deslucido, pueril y vacuo? Por su parte, el presidente Rajoy, aunque escueta pero claramente, disertó ideas sobre una sociedad que dispone de la suficiente infraestructura deportiva, hotelera, turística y vial, apta para celebrar unas olimpiadas, que serían apropiadamente gestionadas por su administración local y apoyadas por el gobierno nacional.

Rajoy habló de política. Mientras el mandatario habló claramente sobre actores políticos, públicos y privados, sobre un diseño institucional y sobre un modelo de liderazgo público, Botella habló, con un horripilante inglés, sobre un café relajante y sobre una Plaza Mayor. ¿Hay detrás de esta maniobra algo de política, de comunicación o de liderazgo? Sí que puede haber algo humo del mercadeo, pero también una infausta apuesta de marketing que llevó a Ana Botella a llamar la atención toscamente y a quedar en ridículo para siempre.

Un estratega político entiende que la democracia y el gobierno son métodos en los que operan actores disimules que coinciden políticamente en un espacio creado discursivamente por la comunicación. Pero no es cualquier comunicación. Es una elaborada a través de un marco narrativo específico, un discurso ideológico sólido, relaciones públicas eficientes, un actuar político coherente y un modelo de gobierno que orienta una forma específica de liderazgo. El comunicador político no es un maquillista, un modisto o un relacionista solamente, es un actor entre los actores. Es alguien con formación académica y capacidad profesional para anticiparse a los hechos de la política. Es alguien que analiza la política y ofrece respuestas.

Cualquiera que entienda algo sobre Madrid dirá que en su Plaza Mayor se disfrutan los bocatas de calamares, no los cafés relajantes. Pero la mandataria prefirió jugársela por la improvisación.    

En el 2015, luego terminar con su periodo de alcaldesa de Madrid, Ana Botella, dejó la política para siempre. Sus consejeros de la ocasión, previsiblemente, también.      

¿Botella previó lo que le esperaba tras ese infortunado espectáculo deslucido, pueril y vacuo?

 

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