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Los estudios revelan que sonidos generados por audífonos, el volumen alto, los timbrazos del teléfono y alarmas, los gritos entre empleados y la estridencia del exterior provocan una pérdida de hasta 33% de la eficiencia laboral
El personal pierde la concentración, padece estrés, cae en conflictos o problemas de actitud, incumple sus metas y es vulnerable a enfermedades como hipoacusia sensorial o disminución del nivel de audición, dolor de cabeza y cansancio.
Jonathan Salomón, director general y especialista en audición de Comaudi, explica que los oficinistas del DF y el área metropolitana están expuestos a ruidos que alcanzan entre 60 y 80 decibeles, cuando éstos no deben rebasar entre 10 y 30 decibeles. El problema, apuntó, es que:
“Sólo 30% de las empresas son conscientes de tal situación y la mayoría se da cuenta hasta que sus trabajadores se enferman, tienen alguna crisis por enfermedades preexistentes: diabetes, presión arterial, males gastrointestinales o estrés. Lo cual mata la productividad y genera pérdidas.”
Los estudios más recientes advierten que:
Para revertir los daños laborales causados por el ruido y la pérdida de audición, Comaudi recomienda a las empresas y empleados
1) Hacer un análisis del ambiente laboral, la infraestructura de la oficina, la distribución del mobiliario y el nivel de ruido que prevalece al interior de las áreas de trabajo.
2) De acuerdo a los resultados obtenidos en el punto anterior, buscar la asesoría de un despacho inmobiliario, de ingenieros o especialistas en el tema para resolver cada uno de los puntos de riesgo auditivo, desde cambios en la distribución del mobiliario o instalación de materiales que absorban el sonido, hasta el reemplazo de alarmas, sistemas de aire acondicionado o equipos de sonido ambiente, que rebasen 30 ó 40 decibeles.
3) Crear manuales de convivencia entre los empleados, cuyo objetivo sea reducir los sonidos provocados por gritos, cambio no autorizado de mobiliario, apertura de ventanas, reproducción de música en la computadora y recomendaciones sobre el empleo correcto de audífonos.
4) Promover un chequeo médico anual a los empleados, que permita identificar y evitar riesgos asociados a la pérdida auditiva, enfermedades crónico-degenerativas, estrés, depresión y, por lo tanto, la reducción de incapacidades, rotación de personal y pérdida de la productividad.
5) Crear programas de capacitación, promoción de actividades deportivas, de recreación y dinámicas que mejoren el ambiente en la oficina y la convivencia entre los trabajadores.
6) Acudir al médico ante las siguientes alarmas: mala concentración o irritabilidad por ruido, problemas para escuchar a sus compañeros a menos de un metro de distancia, pérdida de contacto con otras personas por el uso de audífonos o equipos de música ambiental, aislamiento y necesidad de ver la cara a otras personas para entender lo que te dicen o hablan.
Conoce más en: http://www.comaudi.com/el-bajo-rendimiento-laboral-esta-en-tu-oido/