Con sus chaquetas de cuero y melenas al viento, los Lobos de la Noche recorren a menudo en sus motos de gran cilindrada las calles de Moscú. Pero detrás de esta apariencia rebelde, la manada circula por la patria.

"Nuestros valores son muy sencillos: amar a la patria, tener fe y no vender o consumir drogas", resume Alexandre Beniushtsh, número dos de este club, cuyos miembros son considerados como "hermanos" por el presidente Vladimir Putin.

Los Lobos de la Noche, reconocibles por sus grandes motos, rechazan sin embargo categóricamente que les llamen 'bikers' como a sus homólogos estadounidenses, los Hell's angels (Ángeles de infierno). "La vida de un 'biker' es asocial: es 'bebamos cerveza, rompamos platos y si a alguien no le parece bien, le pegamos'", dice Alexandre, que ingresó en el club hace 20 años. "Se creen superiores a la sociedad y profesan el culto a la violencia. No es nuestra filosofía, nosotros sólo utilizamos la violencia como último recurso", matiza.

Creado en 1989, poco antes del desmembramiento de la Unión Soviética, el club de los Lobos de la Noche (Notshnie Volki, en ruso) se ha extendido desde entonces por toda la exURSS.

Aunque su número de miembros se mantiene secreto, unas estimaciones prudentes hablan de 5.000 moteros en sus filas, incluyendo también al hombre que dirige Chechenia con mano de hierro, Ramzan Kadirov.

A su jefe, apodado Jirurg ('El cirujano'), un gigante barbudo de casi dos metros, se le ha visto a menudo ocupar un lugar destacado en desfiles, al lado de Putin, que suele elogiar su patriotismo.

- Amor a la patria y virilidad -

"Nos consideramos parte del ejército de Rusia", asegura Jirurg a la AFP.

A pesar de que el club no tiene ninguna función oficial, su presencia siempre es sinónimo de demostración de fuerza, como durante la gran reunión que organizaron en Crimea para apoyar en marzo la anexión de esta entonces provincia ucraniana a Rusia o durante su desfile en el bastión separatista de Lugansk, en el este de Ucrania.

Cuando circulan en grupo por las calles, muchos Lobos ondean la bandera nacional o la de "Nueva Rusia", el nombre que dan los nacionalistas rusos las regiones rusohablantes de Ucrania. "Es esencial que nuestros miembros muestren su patriotismo", explica Alexandre Beniushtsh. "El amor a la patria fortalece al hombre", asegura. Sin embargo, "eso no significa que pensemos que los rusos son los mejores. Cada uno puede ser patriota respecto a su propio país", subraya este motorista de 46 años.

El club aplica una estricta tolerancia para la elección de sus miembros, que vienen de toda la exURSS, así como para sus creencias religiosas, aunque la mayoría de los lobos son ortodoxos. El club reúne así a cristianos y musulmanes, mecánicos y comerciales, así como a algunos monjes.

"Cada uno es libre de entrar en el club, salvo las mujeres. 'No woman no cry'", agrega Alexandre entre risas, citando una canción del difunto Bob Marley. "El club se creó en torno al símbolo de la virilidad, a lo que hace un hombre", se justifica.

- Ambiente exigente -

Aunque el club cuenta con más de 46 sucursales en toda la exURSS vinculadas a Moscú, el paso por su bar situado en la periferia de la capital rusa es ineludible para los motoristas que aspiran a ingresar en él.

Bajo el espeso follaje de los árboles que rodean este inmenso local al aire libre, Timour ha aparcado su moto junto a otro medio centenar. "Espero poder entrar un día", dice este profesor de Economía de 27 años, cerveza en mano. Para ello, este joven moscovita tiene que ser imperativamente apadrinado por un miembro y participar durante dos años en los "eventos" del club, que van desde la demostración de fuerza en Crimea hasta simples desfiles por las calles de ciudades rusas.

Podrá progresar hasta el tercer grado, el más alto. Si no respeta las reglas, se expondrá a ser defenestrado o privado temporalmente del derecho de llevar las insignias del club. "Es un ambiente bastante exigente", advierte Alexandre ante el emblema del club, un lobo en llamas con la luna llena de fondo y el lema "Allá donde estamos es Rusia".

A juzgar por la muchedumbre que rodea a Jirurg para pedirle una foto o un autógrafo, los Lobos de la Noche gozan de una gran popularidad a pesar de las peleas más o menos graves en las que a veces se ven implicados sus miembros.

La participación del club en la vida social y religiosa de Rusia contribuyó a la buena reputación de los Lobos, que militan por "el desarrollo moral y espiritual de la joven generación en base al patriotismo y a las tradiciones".

"Las palabras de San Agustín pueden resumir la filosofía de los Lobos de la Noche", asegura Alexandre Beniushtsh, citando inesperadamente al gran teólogo: "en lo esencial, unidad; en lo dudoso, libertad; en todo, caridad".