La Biodegradabilidad de un producto se puede determinar evaluando su composición química, su estructura molecular y su toxicidad. También se pueden realizar pruebas para determinar la tasa de biodegradación del producto. Estas pruebas pueden incluir el uso de microorganismos para verificar si un producto se descompone en los productos finales deseables, como dióxido de carbono, agua y minerales. Si el producto se descompone de forma natural y rápida, se considera biodegradable.

No existe una regla general para determinar si un producto es biodegradable, ya que esto depende del material y de la naturaleza de la descomposición. Por ejemplo, algunos productos biodegradables pueden descomponerse en una semana, mientras que otros pueden tardar años en descomponerse. La velocidad de biodegradación también depende del entorno, como el pH, la temperatura y la presencia de microorganismos.