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La ciudad más antigua del país no cuenta con un servicio de agua regular desde hace más de 25 años.
Santa Marta cumplió, el pasado 29 de julio, 489 años de su fundación en medio de una de las peores crisis de desabastecimiento de agua en los últimos años.
Ese día, los samarios, que tienen que abastecerse con la compra de pimpinas o de descargas de carrotanques desde enero, no tenían ánimos para celebrar y salieron a marchar para exigir soluciones inmediatas a la problemática.
"Nos toca trasnocharnos para coger una gotica de agua y los carrotanques están llegando con una agua amarilla, con gusarapos. No es justo que los samarios, en una ciudad con 489 años de historia, estemos en estas condiciones. (...) Necesitamos agua óptima, continua y de buena calidad, como dice la ley", dijo Eulogia Bernal, vocal de control de servicios públicos.
La ciudad más antigua del país y del continente no cuenta con el servicio de agua con regularidad desde hace más de 25 años. El crecimiento no planificado y las conexiones fraudulentas han generado pérdidas de presión y fugas en las tuberías del acueducto, obligando a la mayoría de las viviendas a construir albercas para almacenar el agua e instalar motobombas.
Desde enero, los bajos niveles de los ríos Manzanares, Piedras y Gaira, debido a la ausencia de lluvias, hicieron que la empresa Metroagua, operadora del acueducto, implementara un plan de racionamiento y que suministre agua con carrotanques. No obstante, en varios sectores se quejan del incumplimiento.
Además, la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo y la Alcaldía, tras la declaratoria de calamidad pública el pasado 27 de marzo, pusieron en marcha un plan de contingencia para suministrarles agua a los barrios a los que no les llega por las redes con tanques y carrotanques gratuitos que se llenan en el río Toribio y un pozo del megacolegio Bureche.
Otras soluciones
Pero estas medidas han sido insuficientes para calmar la sed de los samarios.
El ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, atribuye el desabastecimiento a la falta de planeación; la ciudad se pensó para tener 250.000 habitantes y hoy tiene el doble. Y en vacaciones puede aumentar a los 800.000.
"Se ha generado un estrés muy fuerte sobre el recurso hídrico; haya fenómeno del Niño o no, todos sabemos que a partir de marzo hay problemas de abastecimiento porque bajan los niveles de los ríos", expresó Henao.
Para solucionar en el largo plazo este problema, la Alcaldía tiene que adoptar un plan maestro de acueducto que beneficie también a otros municipios.
En este sentido, el grupo Inassa, principal accionista de Metroagua, y Findeter contrataron un estudio integral con la Universidad de Los Andes por 595 millones de pesos para determinar las alternativas de nuevas fuentes de abastecimiento para los próximos 50 años.
Entre las variables en estudio está traer agua del río Magdalena, que implicaría la construcción de un acueducto regional que abastezca, además, a los municipios de Ciénaga y Pueblo Viejo; un embalse de los ríos de la Sierra Nevada o la potabilización del agua de mar.
A corto y mediano plazo, las soluciones que se han planteado son la perforación de 21 pozos, de los cuales nueve son construidos por la Alcaldía y Metroagua y serán entregados este mes; y otros 12 serán contratados directamente por la Unidad Nacional de Gestión del Riesgo.
Además, se está analizando traer agua desde el río Guachaca, a unos 50 kilómetros de la ciudad, hasta el acueducto, lo que generaría entre 400 y 500 litros por segundo, según Henao, o a través de barcazas desde el río Magdalena; así como instalar plantas desalinizadoras en el sector turístico.
Aníbal Pérez García, doctor en recursos hídricos, aseguró que para resolver la problemática de falta de agua en Santa Marta hay que pensar en un sistema mixto: aguas superficiales con aguas subterráneas o con reservorios, ciénagas o lagos muy grandes.
"Que haya una complementariedad en el sistema que responda a los cambios climáticos de regiones como Santa Marta, donde hay temporadas de lluvias muy intensas y largas épocas de sequía", dijo Pérez.
Con relación a la alternativa del río Magdalena, aseguró que es muy costosa porque hay que meter en la ecuación la conducción y la calidad del agua. La desalinización también le parece que "no es una solución sostenible, sobre todo por los costos de la infraestructura que requiere", y porque maneja volúmenes muy pequeños de agua.
Tomado El Tiempo ? escrito por PAOLA BENJUMEA BRITO