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A raíz del reciente paro agrario decretado por los terratenientes colombianos que dejo muertos y heridos, el periodista entrevista en una finca del Eje Cafetero de este país a un labriego cafetero; reales campesinos como este hay millares en Colombia
POR HERNANDO SALGUERO FLÓREZ (Periodista Colombiano)
Está sentado con los pantalones remangados en el tronco de un árbol (“así me siento más cómodo” me dijo este hombre bonachón) mostraba una amplia sonrisa, risita que dejaba ver un diente enchapado en oro entre un espeso follaje, follaje que se ubica en el centro de un pequeño bosque. Saliendo de este, se mira la llanura y desde la sabana el majestuoso Nevado del Ruiz. El territorio pertenece al Departamento de Risaralda, centro del Eje Cafetero, tierra de esperanzas, de frustraciones y de sueños, sueños que se desvanecen entre la mañana de un día y el atardecer del siguiente.
-¿Cómo les fue en el paro agrario?
Frunce el ceño, baja los parpados, frota una palma de su mano con la otra, no me responde. Insisto:
-¿Por qué se calla?
-Ay patrón, nosotros no participamos en eso.
-¿Y luego usted no es cafetero, acaso no es campesino?
-Ni lo uno ni lo otro.
-Acláreme un poco.
Con un sombrero calado a media oreja, el señor que entrevisto en una finca de Santa Rosa de Cabal, es trabajador de esta, padre de diez hijos, vive en un rancho de paja, el predio no tiene servicio sanitario, tampoco agua, menos energía eléctrica. Creo que este hombre pasa de los 50 años. Saca un cigarrillo barato, lo prende y con los ojos hacia arriba con deje de voz angustiosa me dice:
-Qué equivocado que está usted, exclama mientras manotea dejando ver una piel arrugada de donde sobresalen unas uñas llenas de tierra, de esa tierra que produce el café.
-De ninguna manera, usted es campesino cafetero.
-Por Dios, le dije antes que ni lo uno ni lo otro.
-¿Entonces qué es?
-Un jornalero cuando no hay café y un recolector cuando estamos en la cosecha. Nada más.
-Pero tengo razón cuando le digo que cafetero y campesino, ¿por qué no participó en el paro?
-Y -respóndame francamente-: ¿Por qué tenía que participar? Es que los campesinos y los cafeteros para el gobierno son los patrones, ellos no cogen un azadón, viven en sus casas comiendo pollo y tomando trago fino y mirándonos trabajar.
-Para protestar como lo hicieron sus compañeros por las injusticias del gobierno con los cafeteros, para eso querido amigo.
-Por qué no comprende (se nota enojado en su tono de voz) que no soy cafetero ni campesino, soy un jornalero que trabajo en una finca cafetera y que recibe por paga 40 mil pesos semanales, señor. Yo qué voy a participar en eso, a mí nadie me para bolas, soy un pobre hombre a quien no se le debe poner atención.
-Entiendo