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Dicen que Teddy ya cantó, previo pago de los derechos de autor. El presidente de la SGAE disfruta del hilo musical de comisaría, las hienas se descojonan y media Piel de Toro aguarda agazapada para atrapar su porción de revancha. Se armó el armagedón digital.
Sepa la inculta afición hispana que a Eduardo Bautista, siendo un chavalote, le cambió la vida, como a otros tantos rocanroleros incipientes, merced a Heartbreak Hotel. El hotel Rejas, mismamente. Y que en el 61, con dieciocho años, fundó Los Diablos del Rock en Maspalomas. Voló a la Península pronto, Los Ídolos se transformaron en The Canaries, y éstos, a su regreso de Estados Unidos, en los míticos Canarios, que en la segunda mitad de los sesenta gobernó el ritmo joven junto a los Pop Tops y los Bravos, entre otros. Oh, mammy blue.
Su madre tocaba el piano, su padre ejerció de mánager de la banda durante años. Teddy comenzó a cantar en el coro de la iglesia, luego en una coral polifónica, y a la edad del pavo se le cambió la voz de soprano y los curas lo juntaron por fin con los niños, las niñas con las niñas. Un día, Teddy conoció a los Shadows, con Cliff Richard al frente, y una vez en Madrid, Barcelona o Sevilla, propagó el mensaje del nuevo rock a través de los dichosos conjuntos músico vocales.
Teddy siempre fue un adelantado, no en vano trabajó en los Usa, donde vio en directo a Wilson Picket, Joe Tex y Otis Redding, en el teatro Apolo de Nueva York. Impregnado de soul, el canario reclutó una sección de metal, de nuevo en España, en el 66, y cosechó diversos éxitos en blanco y negro, hasta que la maldita mili se llevó por delante a cuatro componentes y abrió un interludio que resultó crucial. No sin antes probar en el cine con la banda sonora de Peppermint Frapé, de Carlos Saura, o entonar una pieza sobre la felación, puro doble sentido de la época, en la célebre Get on your knees. Otro mammy blue. Los niños y mayores del tardofranquismo tampoco olvidan el pelotazo de los Pop Tops, Mammy Blue, controvertido y sugerente.
En el Sahara, Teddy conoció el incomparable estilo de Blood, Sweat & Tears, el grupazo que lideraba Al Kooper. Papá Bautista fue nombrado cónsul honorario de Nicaragua en Canarias. Y antes de la separación definitiva, los Canarios ofrecieron la piedra angular del rock sinfónico patrio, Ciclos. Así, puede decirse que Teddy destacó como excelente músico en dos etapas cruciales de la historia del rock hispano, y se retiró sorprendentemente a los despachos y salas de producción sin haber recorrido de pleno una carrera que se barruntaba espléndida. Teddy era un gran cantante de música negra, sus tonos carecían de rival, y además tocaba con acierto guitarra y teclados. Cuentan que siempre fue un perfeccionista. Ya en su faceta de productor, no conviene olvidar su aportación en discos como Jesucristo Superstar o la primera entrega de Nacha Pop.
Cuando Teddy Bautista se cargó a los Canarios originales para refundar el grupo, los damnificados de tal decisión se hicieron llamar Alcatraz.
Estos músicos influyeron sobremanera en el sur de Europa. Los canarios recibían las novedades discográficas, e instrumentos más económicos y avanzados, gracias a la importación directa y digamos que clandestina, del mismo modo que la Base de Rota supuso un caldo de cultivo en el cono sur andaluz. De ahí, tal vez, el acento y el tono de voz de Teddy Bautista, mitad canario, mitad andaluz, con su punto anglosajón.