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Tierra de esperanza

29/05/2009 15:30 0 Comentarios Lectura: ( palabras)

La tragedia social que cambió nuestras vidas. Victimas del desplazamiento forzado, cuando Colombia atraviesa un momento de violencia como consecuencia de las malas obras de actores irracionales. Una historia que como muy pocas comienza en tragedia y milagrosamente finaliza con felicidad..

La Familia Torres Oñate abre sus ojos en un lugar desconocido, despiertan a la realidad, se enfrentan a una sociedad a la que no pertenecen, pero que con el paso del tiempo y con mucha lucha les tocó afrontar.

Era una mañana fría, y Yonis como todos los días se montaba en su carrito y se iba a recoger a las personas de la comunidad para brindarles el servicio de transporte; mientras su esposa Maria Victoria Oñate desde las 4 de la mañana se encargaba de recoger los huevos en el pequeño gallinero que tenían en el patio, ordeñaba a la cabra “Tita” como la habían apodado y se dedicaba a levantar a su hijo y prepararles el desayuno para posteriormente llevarlo al jardín público (que no era más que la señora Hortensia en su casita cuidando a los niños de la cuadra por $300 pesos diarios) para que le permitiera realizar las labores de la casa y poder comenzar con su rutina diaria como artesana tradicional.

Se desvanecía el frío de la mañana y comienza el sol a hacer su presencia, se hace urgente la toma de un abanico de paja y comprar hielo para enfriar el agua de panela que diariamente se tomaban.

Ya olla con el agua y la menudencia estaba hirviendo, el olor del sancocho recorría las calles destapadas de la Junta Guajira, era Maria Victoria que una vez más con sus dotes de buena cocinera alegraba las caras de los vecinos y andantes que percibían el olor de sus comidas. “Era increíble ver como los vecinos disimuladamente se acercaban a la misma hora a preguntar si tenían un poquito de sopa que un niño estaba enfermo, o el otro estaba enguayabado” dice Yonis el esposo orgulloso al reconocer que Vitoria como él de dice, tiene buen sazón.

Pero quien se iba a imaginar que así como se desvanecía el hambre con cada cucharada de sopa que se llevaban a la boca, se esfumarían las esperanzas de seguir viviendo en su ciudad de ensueño.

“El 15 de julio del 2002 fue el comienzo de mi peor pesadilla”

“No quiero recordar lo doloroso que se siente dejar tu vida atrás, tus cosas, todo por lo que luchaste casi 20 años, los recuerdos y mi carrito”

Estas son las palabras de Yonis Torres humedecidas por las lágrimas que rodaban por sus mejillas a medida que brotaban palabras de sus labios.

“Todo es diferente, mi vida dejo de ser solo llanto, ya me acuerdo del pasado y puedo sonreír porque Dios nunca nos abandonó”

Todavía no se explica porque si nunca giró la ruleta de la vida, le tocó como desafío vivir esa amarga experiencia.

Mientras diariamente se tomaba su tiempo prudente para realizar cada una de las labores que con anterioridad programaba, este día en particular por orden de desconocidos que se creen los dueños del mundo y con amenazas de muerte como elemento agregado, le tocó recoger a su Vitoria y a su hijito Yonis Alberto y dejar la tierra que lo vio nacer, la tierra que lo vio enamorarse y la que le permitió vivir feliz durante 26 años, para emprender un viaje a otra dimensión, a un lugar que solo conocía en las fotos de los periódicos que circulaban en la Junta Guajira.

“Nos toco viajar pidiendo chance, en estacas de camionetas o en mulas; caminamos mucho, Vitoria con una bolsita en la mano y yo con mi hijo en los hombros”

De esta manera afrontan su nueva realidad, y punto de partida no fue otro que el punte de la Murillo Vía Circunvalar, de donde tendrían que emprender el nuevo capítulo de la vida de la Familia Torres Oñate.

Pasaron los días y pudieron situarse en una casita en obra negra de un señor que conocieron en el camino, de esos pocos que todavía le tienden la mano al necesitado.

Al cabo de un mes, y recogiendo cuanto papel, lata de cerveza, cartón y periódico encontraran en la calle, pudieron conseguir y pagar un mejor lugar.

Así pasaron los años, viviendo del reciclaje, tocando puertas en las organizaciones no gubernamentales y en las oficinas estatales que poco a poco surgieron en ese hostil panorama que el destino les había antepuesto.

Ya han pasado 7 años de aquel momento tan nefasto para sus vidas, atravesando muchas necesidades, enfermedades y accidentes pudieron traer a este mundo un nuevo hijo cuyo nombre es Rafael Antonio como tributo a dos santos que los acompañaron siempre.

Hoy la familia Torres Oñate es otra, ya enterraron los amargos recuerdos, ya sonríen a cada cosa que les sucede porque sus vidas cambiaron, adquirieron una casita y con sus propias manos le van dando forma.

“Nos toco viajar pidiendo chance, en estacas de camionetas o en mulas; caminamos mucho, Vitoria con una bolsita en la mano y yo con mi hijo en los hombros”

Maria Victoria afirma que “Todo es diferente, mi vida dejo de ser solo llanto, ya me acuerdo del pasado y puedo sonreír porque Dios nunca nos abandonó”

Yonis es un excelente ser humano que con mucho esfuerzo se ganó la confianza de personas que le abrieron las puertas en el campo laboral, su esposa la madre abnegada y sus hijos los modelos niños.


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Cielopeñaloza (1 noticias)
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