¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Juan Sebastián Celis Maya escriba una noticia?
En los pasillos de artículos de limpieza e higiene personal de un gran almacén mayorista en las afueras de Caracas el movimiento es mayor al usual: decenas de empleados ordenan cajas en medio de apurados compradores y amas de casa que temen que pronto se agoten los productos.
Como primer paso en la aplicación de una ley que intenta detener el acelerado avance de los precios en Venezuela, el presidente Hugo Chávez congeló días atrás el costo de una veintena de artículos de aseo personal, lo que ha convulsionado las compras y volcado a muchas personas a los comercios en busca de productos como jabón o pañales ante el temor de que se agoten.
‘Esto fue un caos el fin de semana y eso que llegaron siete gandolas (cargamentos) de papel higiénico y tres de desinfectante. Desde ayer estamos reponiendo inventario’, dijo Luis Martínez, un acomodador con 19 años de experiencia, mientras llenaba los anaqueles vacíos con nuevos productos.
Los venezolanos, habituados a que los controles y congelamiento de precios desencadenen una espiral de pérdidas para las empresas y la reducción de la producción de bienes esenciales, que termina por provocar desabastecimiento; buscan conformar su propio inventario en casa, sobre todo los de mayor poder adquisitivo.
‘La mayoría de la gente ha venido a comprar papel higiénico, pero sólo se permiten dos bultos por persona’, dijo una de las cajeras del almacén, en donde ya se notaban bajas existencias de artículos como toallas sanitarias.
El temor a una escasez es compartido por los empresarios, que anticipan que la flamante Ley de Costos y Precios Justos, que entró en vigencia esta semana, causará el efecto contrario al que busca
El alto costo de la vida es un dolor de cabeza para los venezolanos y se prevé que este año la inflación cierre en torno al 27 por ciento, una las tasas más altas del mundo, mientras las regulaciones de la nueva ley avanzan a sectores como medicinas, construcción, alimentos y repuestos de autos.
Venezuela ha intentado ponerle barreras al alza de los precios desde el 2003, cuando instauró un sistema de controles de precio y de cambio que empresarios dicen ha afectado su capacidad productiva y distorsionado sus importaciones .
Culpables varios
La ley planea ir un paso más allá en el sistema de controles, al vigilar de cerca a las cadenas de transformación y comercialización, tanto de bienes como de servicios.
‘Estamos buscando que los precios se ajusten a su estructura de costos y no lleguen a las personas a precios de especulación’, dijo Karlin Granadillo, superintendenta de Costos y Precios, encargada de vigilar los costos de venta.
Las empresas vaciarán en una plataforma tecnológica los datos contables con los que calculan sus costos, lo que deja en manos del Gobierno la fijación de precios finales, considerando las tasas de cambio vigentes y algunas variables económicas.
‘La nueva ley no es nada innovadora (…) Si el Gobierno asfixia al sector privado, el impacto en desabastecimiento sería inmanejable’, dijo el analista Luis Vicente León a través de su cuenta Twitter.
Comunidades y consumidores tendrán el rol primario de fiscalizar y denunciar en el marco de la ley, que contempla multas, cierres y hasta expropiaciones para quienes incumplan.
‘Mercancía hay. La orden es poner todo el producto para el público y no dejar nada en bodega, por si vienen las inspecciones’, dijo Francisco, un distribuidor de 36 años en un supermercado de Caracas.
ENTRE CONTROLES
El escenario para los importadores es complejo: por lo general, las materias primas son adquiridas a una tasa de cambio oficial de 4, 3 bolívares por dólar, combinada con una secundaria de 5, 3 bolívares o la resultante de la transacción con bonos, que arrojan cotizaciones mayores.
Además, muchos importadores recurren a un tipo de cambio paralelo, cuyo precio duplica el oficial y que no será reconocido por el Gobierno.
‘Vine a buscar desinfectante, los precios al detal se duplicaron en las últimas semanas. Dicen que no les dan dólares para materia prima’, dijo César Chacón, mientras empujaba un carrito con dos bidones de limpiador en un almacén mayorista.
Según comerciantes y productores, la sequía de dólares, las trabas burocráticas, la expansión de las expropiaciones, que llegan a varios cientos, e incluso el furibundo verbo presidencial presionan la inflación y la escasez.
‘La inflación está fundamentalmente explicada por la manipulación de los precios que hacen los monopolios (…) Nosotros también evaluaremos los riesgos, pero esta vez a la inversa’, dijo el Intendente de Costos, William Contreras.
Chávez, un militar retirado que recibió tratamiento para un cáncer este año, buscará una tercera reelección en las presidenciales de octubre del 2012 en su intento por conducir a Venezuela hacia un socialismo con sello propio.
Pero con un panorama electoral reñido y sin precedentes para el mandatario, se prevé que el Gobierno se esforzará en mantener los anaqueles llenos y precios accesibles para la mayoría.
‘Les advierto: no me va a temblar ni la mano derecha, ni la mano izquierda para aplicar con la más grande severidad la Constitución y las leyes para proteger a nuestro pueblo, para asegurarle los alimentos a nuestro pueblo’, dijo Chávez.