¿Quieres recibir una notificación por email cada vez que Karakanta escriba una noticia?
Los congresistas colombianos antes, durante y después de las elecciones
Pancartas y volantes inundan las calles de las diferentes ciudades del país. Paredes repletas de afiches encuentra cualquier distraído caminante en cualquier lugar de este país. Candidatos de todos los partidos "ruegan" para ser tenidos en cuenta por los electores. Promesas, discursos y reuniones aparecen como por arte de magia. Caras sonrientes, manos estrechadas y afanes por parecer amables ante los ciudadanos son las tareas a cumplir por quienes desean ocupar las curules. Colores como el rojo, el azul, el verde o el amarillo identifican a los diferentes partidos. Llamadas telefónicas, comunicaciones escritas e incluso correos electrónicos "pululan" en las ciudades, esperando obtener el mayor número de votos. Hojas de vida resaltando algunos logros, discursos maximizando pequeños resultados y algunos personajes magnificando mediocres candidatos completan la escena. Todo esto es lo que debe soportar un ciudadano del común en estos momentos en el país.
Pero al mirar la historia, esta cuenta que: una vez logran el objetivo los elegidos se marchan de la ciudad y se olvidan de quienes les sirvieron de “peldaños” para llegar hasta la cima. Que de muchos “elegidos” no se vuelve a saber nada, que de otros solo pequeñas escaramuzas y que de los demás únicamente cuando se ven envueltos en escándalos de corrupción. Ah, y en una legislatura son bastantes. Ahora hay muchos que pasan sin pena ni gloria por los recintos del congreso, otros con más pena que gloria y no faltan quienes dan pena que hayan logrado llegar a esas instalaciones. Leyes, leyes y más leyes son aprobadas, unas necesarias, otras no lo son y hay las que causan risa y las que dan vergüenza.
El Derecho a ser elegido
Arcaicos gobernadores, antiguos mandatarios y algunos “delfines” participan de la contienda electoral. Unos volviendo desde la jubilación, otros peleando en contra del Alzheimer y hay quienes solo aspiran a hacer crecer sus cuentas. Todos dicen que van a trabajar por el país pero terminan haciéndolo en favor de sus propios intereses. Sueldos de siete cifras, arandelas legales y extralegales contribuyen a generar muchos dividendos para quienes ostentan los escaños. La corrupción, el tráfico de influencias, el ausentismo, el mutismo y los escándalos son muy frecuentes en estas esferas. Esperas, falacias, artificios, artimañas y desplantes aparecen cuando se requiere a un personaje de estos. Ah, y hay que agregar que estos “señores” son elegidos por la mayoría de las minorías.
Ante este panorama crudo y desalentador surgen entonces muchos interrogantes: ¿Por quién Votar?, ¿Por qué votar?, ¿Para qué votar?, ¿Voy a votar?, etc. Difícil elección.
La cruda realidad de los políticos en Colombia