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Yihadistas iraquíes tomaron como rehenes durante horas a estudiantes de una universidad cerca de Bagdad, finalmente liberados por las fuerzas de seguridad, y lanzaron un asalto mortífero contra la policía en Mosul, en una nueva demostración de fuerza de los radicales.
Por otra parte, una serie de atentados con coche bomba en zonas de mayoría chiita en Bagdad dejó 25 muertos este sábado, informaron fuentes médicas y oficiales.
Irak está sumido en la peor oleada de violencia desde hace años. Los yihadistas lanzaron su mayor operación hasta la fecha en tres provincias iraquíes, que ha dejado más de 100 muertos en los últimos días.
En Ramadi, a 100 km al oeste de Bagdad, hombres armados pertenecientes al grupo radical Estado Islámico de Irak y del Levante (EIIL) se apoderaron el sábado de la Universidad Anbar, en la ciudad de Ramadi, al oeste de Bagdad, tras matar a los guardias de seguridad y destruir un puente de acceso al centro educativo, indicó la policía.
Tomaron como rehenes por la mañana a cientos de personas - personal y estudiantes, según una fuente de seguridad.
Las fuerzas especiales iraquíes lanzaron poco después un asalto para retomar el control del campus, donde se registraron fuertes disparos, constató un periodista de la AFP.
Después de una jornada de violentos combates en el campus de la Universidas, el viceministro del Interior, Adnan al Asadi, indicó en un comunicado que las fuerzas de seguridad "liberaron a todos los estudiantes hombres y mujeres retenidos en los dormitorios de la universidad".
Pero según una fuente de seguridad, los combates continuaban en la universidad, en donde los yihadistas seguían ocupando algunos edificios.
Antes del asalto del ejército, una estudiante retenida dijo a la AFP por teléfono que los yihadistas habían reagrupado a las mujeres y que el jefe de los insurgentes se dirigió a ellas.
"Os daremos una lección que nunca olvidaréis", dijo el líder de los yihadistas, según la estudiante.
La estudiante dijo además que el yihadista calificó a la universidad de "burdel", donde las mujeres llevaban maquillaje, escuchaba música y se mezclaban con los hombres.
- Violentos enfrentamientos en Mosul -
En la norteña ciudad de Mosul, el segundo día de violentos enfrentamientos entre yihadistas y fuerzas de seguridad dejó este sábado 21 policías y 38 insurgentes muertos, indicaron un responsable de seguridad y un empleado de la morgue.
El doctor Mohammed Khalaf dijo que la morgue en la que trabaja ha recibido 80 cadáveres desde el viernes, y ya no hay espacio para más.
Los combates iniciados el viernes en esta ciudad continuaron durante la noche. Un doble atentado suicida con bomba se produjo en el este de la ciudad contra un grupo minoritario, mientras que los soldados mataron a otros kamikazes en el sur.
Al menos 36 personas murieron el viernes en combates en Mosul y en la provincia de Nínive.
La violencia sacudió también a Bagdad el sábado, con una serie de seis atentados con coches bombas contra zonas de mayoría chiita en Bagdad, que dejó 25 muertos.
Seis ataques se realizaron con coches bomba y uno con un artefacto oculto en una carretera, en siete áreas diferentes de Bagdad, donde quedaron heridas además más de 85 personas.
Los atentados no fueron reivindicados pero sus características, con explosiones simultáneas, recuerdan los ataques de insurgentes sunitas.
La violencia en la provincia de Al Anbar comenzó a finales de diciembre, cuando las fuerzas de seguridad desmantelaron un campamento de protestas antigubernamentales de la minoría sunita cerca de Ramadi.
Poco después, insurgentes y tribus hostiles al gobierno, dominado por los chiitas, tomaron el control de barrios de Ramadi y de toda Faluya, situados respectivamente a 100 y 60 km de Bagdad, algo nunca visto desde los años de insurrección que siguieron a la invasión estadounidense de 2003.
Naciones Unidas indicó el viernes que el conflicto en Al Anbar ha provocado 480.000 desplazados.
La inseguridad es uno de los principales problemas de Irak, donde la violencia mata cada día a un promedio de más de 25 habitantes.
En total, más de 4.300 personas han muerto en ataques desde el comienzo del año, de los cuales más de 900 en mayo.
Las autoridades atribuyen esta espiral de violencia a factores externos, sobre todo a la guerra en la vecina Siria, si bien diplomáticos y expertos afirman que se debe principalmente al descontento de la minoría sunita, que se considera marginada.